Oración para amar después de amar

Publicado el at 16/02/2018
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El miércoles celebramos el Día de los Enamorados, y en homenaje a todos los enamorados, escribí esta oración para rezar sin tristeza y para consolidar la esperanza total.

Creo que te voy a seguir amando después del amor.

Eso que llaman para siempre, en tu siempre y en mi siempre, en nuestro siempre. En todo y en cualquier tiempo. Siempre.

Te voy a amar después de amar. Seguiré amándote cuando ya no esté a tu lado, cuando los demás crean que me sepultaron.

opinion de funador del diario el observador
Roberto Silva – Fundador de “El Observador”

Amarte desde el amor que dejé guardado en tu corazón. Amarte más allá del amor, más allá de la vida y sacar a pasear tus manos tomadas de las mías por las mismas calles que recorrimos y hacerlo contigo, con tu risa, cuando yo ya no esté y tu me tengas y tu seas el único hogar donde vivo, donde palpito, donde me agito. Allí, al fondo de ti, entremedio de tus ojos y también adentro de tus ojos, me quedaré a vivir para siempre y tú serás la única que escuchará mi canto, que me acompañará en los bailes nuestros, la única que escuchará mi risa y que podrá ver cómo me río y salto de contento, para abrazarte como solo tú sabes que lo hago.

Me quedaré a vivir en tu corazón, alojaré todas las noches en tu sangre para recorrerte por dentro y me quedaré pegado a tu cara, escuchando tu respiración cuando yo ya no respire, incluso cuando hayan pasado siete días o siete semanas, o siete meses o siete veces siete años que yo ya no respire, aún cuando todos crean que ya no estoy, tú sola estarás conmigo, dejándome que te vuelva a enamorar con mi presencia invisible – visible en los espacios por los que cruzas, en las camas en que sueñas con los ojos abiertos, pensando que estiraré las manos por debajo de la sábana para empezar esa ceremonia nupcial que siempre terminaba en fiesta agitada, con corazones alborotados.

Te prometo que me saldré de las fotos para animar tus recuerdos y te costará devolverme a los álbumes, porque quiero que vivas todos los intensos recuerdos conmigo. Cada lugar, cada amanecer, cada puesta de sol, cada viaje, cada momento dulce, cada conversación bonita, cada comida preparada juntos, que todo te lleve irremediablemente a nosotros.

Te seguiré amando después del amor. Y tú me seguirás amando para que no me dejes desaparecer, para que me sientas cada mañana besándote al despertar y proponiéndote comenzar el día entrecruzados, entremezclados, entreamados, entrecalzados, en espacios que tú sabrás abrir para mi nueva vida, para mi amor después del amor, que es tuyo para siempre, en todos los tiempos.

Amarte todavía será maravilloso. Porque maravilloso es amar después de amar.

Ya te diste cuenta desde el primer beso que esto no se terminaría nunca, desde ese brindis del camino oscuro en que cubrí tu boca con mis labios y me dijiste palabras que yo solo pude entender, descifrar esos sonidos bajo la luna llena que también nos perseguirá -como la lluvia y el sol, como los pájaros y las canciones- para siempre.

            No dejes que me vaya.

Te irá bien si después de vivir me puedo quedar a vivir en tu corazón, si me das tus pechos para poder alimentarme, si me dejas tus piernas para recorrerlas acariciándolas de norte a sur y de sur a norte. Si me das tus profundidades, si me das todos tus bordes.

No me quites nada porque todo es tuyo. Puedes quedarte en silencio escuchando el ronroneo de mi dormir en paz a tu lado, puedes dejarte para ti mi pasión, que es lo que más tengo por ti, un poco desmedida y desaforada, hambrienta y dulce, pasión que te pertenece porque la despertaste para llevarla a alturas que nunca conocí y que te pertenecen.

Quédate conmigo cuando los demás digan que me fui, no le discutas a nadie que yo ya no estoy porque tú sabes muy bien que vivo en el “corazón de tu corazón”, donde subo y bajo en cada respiración tuya, donde habitaré feliz por los siglos de los siglos.

Amén.

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