Por Roberto Silva Bijit
Fundador Diario “El Observador”
Un conocido lobista de derecha, Pablo Zalaquett, hace meses tuvo de invitada en su casa a Jeanette Jara y el comentario que hizo fue: “Uno al poco rato se olvida que es comunista. Tiene mucho carisma, mucha empatía. Es muy fácil conversar con ella”.
La pregunta que muchos se hacen es que si esa simpatía personal será suficiente para dejar atrás su militancia comunista y haber sido parte del gobierno de Boric. Hay quienes como el sociólogo Eugenio Tironi, que recomiendan tenerle cuidado porque “ella puede ganarles a las derechas”. Otros aseguran que no se podrá sacar el peso de los problemas de gobierno ni su militancia, lo cual no le permitiría llegar a competir la segunda vuelta.
La elección es el domingo 16 de noviembre, con voto obligatorio. Faltan cerca de cuatro meses para ese día, no hay muchas certezas de lo que podría ocurrir, sin embargo, todas las encuestas dan como ganador a un candidato de derecha, sea José Antonio Kast o Evelyn Matthei, los cuales podrían tener las dos primeras mayorías. Si Jara llegara a reunir los muchos votos que necesita para competir en segunda vuelta, será casi imposible que pueda vencer los altos porcentajes de los tres candidatos de derecha. O sea, parece inevitable que habrá -otra vez- cambio de giro en el gobierno y tal como ha sido la tónica de los últimos 20 años, si hay derecha gobernando nos vamos a la izquierda y si hay izquierda gobernando, nos vamos a la derecha. Todo indica que ahora le toca a la derecha.
Es importante aclarar que no están definidos los nombres de los candidatos que irán en el voto presidencial. El 15 de agosto tienen que estar todos inscritos y ahí recién sabremos quiénes participan de la elección.
Lo que está claro es que va Jara, Matthei y Kast. Kaiser podría bajarse en favor de Kast. Pero faltan todos los otros que aspiran a la presidencia, como Marco Enríquez-Ominami Gumucio, que está juntando las firmas. También suena Harold Mayne-Nicholls, el de la ANFP, que podría ir como independiente en el cupo de la Democracia Cristiana. Además del independiente Franco Parisi, que siempre da sorpresas. Y es posible que en el curso de estas semanas aparezcan otros candidatos que buscan una buena tribuna para darse a conocer.
Entre la noche del domingo y la mañana del lunes, con el reciente triunfo de Jara, la encuesta presidencial Panel Ciudadano de la Universidad del Desarrollo, logró encuestar a 3.873 personas, que respondieron vía wasap y SMS, que entre la lista que les presentaron, ellos votarían de la siguiente manera, si hubiera elección el próximo domingo.
Jara: 26%; Kast, 23%; Matthei, 19%; Kaiser, 9%; Parisi, 7%; Enríquez-Ominami, 2%; Mayne-Nicholls, 2%; más un 7% que no sabe y un 5% nulo.
Por supuesto que hay que esperar otras encuestas más reposadas y que se configuren con la lista definitiva de los nombres que irán en el voto. Tiene sentido decir que el domingo votaron 1.400.000, sobre un universo de 15 millones y medio de votantes inscritos. Votó cerca del 9%, lo que es una muestra muy pequeña y, además, partidaria.
Un factor para considerar es que el gran derrotado es el gobierno, tanto por la humillación al Frente Amplio, propinada por la candidata PC, como por la baja votación del Socialismo Democrático, que se había creído el salvador de Boric. Lo cierto es que el gobierno va en picada y volverá a ser castigado en la elección de noviembre, especialmente por la creciente inseguridad, las listas de espera y la cesantía en aumento.
Por otra parte, ese día 16 de noviembre, nos entregarán en la urna tres votos: el presidencial, el de senadores y el de diputados. Para nadie es un misterio que sin Congreso ningún gobierno funciona, pero eso parecen no saberlo los dueños de los partidos políticos, que envueltos en sus egocentrismos y sus mezquinos intereses personales, no llegarán a ningún acuerdo y participarán en listas separadas. Una lista PC, Frente Amplio y Socialismo Democrático. Otra lista la Democracia Cristiana y otros partidos chicos. Por la derecha, Chile Vamos una lista y los republicanos otra lista. De unidad y gobernabilidad, hablamos el próximo siglo.
Es la tragedia de la política, devorada por los que quieren servirse a sí mismo, sin importarles mucho servir a los demás, que es la razón de la política. Amén.