SAN FELIPE. — El Templo Catedral de San Felipe fue el epicentro de una profunda acción de gracias con la celebración del solemne Te Deum Diocesano, marcando la culminación del Centenario de la Diócesis de San Felipe, cuya fecha fundacional se conmemora este 18 de octubre.
La ceremonia, realizada este jueves 16 de octubre a las 11:00 horas, reunió a la comunidad en un gesto de gratitud por los 100 años de vida pastoral que cubren las provincias de Los Andes, San Felipe y Petorca.
La liturgia contó con una amplia participación de la sociedad, incluyendo autoridades civiles y militares, representantes de la PDI, Carabineros, Bomberos, hospitales, juntas de vecinos, colegios y miembros de las comunidades parroquiales.
El Mensaje del Pastor Diocesano
El Obispo Gonzalo Bravo Álvarez inició la celebración con un gesto de cercanía, agradeciendo la presencia activa de cada sector. Su homilía se inspiró en el Evangelio de Mateo, que recuerda el mandato de Jesús: “Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos”.
Mons. Bravo Álvarez expresó su alegría por el camino recorrido: “Qué alegría celebrar cien años, qué alegría que la Providencia nos haya puesto en este lugar. Como comunidad cristiana hemos sabido cumplir, en medio de nuestros errores y horrores, lo que Jesús nos pide: ir y hacer discípulos. Quiero darle gracias al Señor por el bien de la Iglesia”.

En su reflexión, el pastor hizo un llamado a mantener viva la dimensión espiritual en la sociedad, indicando que “no basta la inteligencia artificial para llenar los espacios interiores del ser humano”. Destacó la necesidad de la sabiduría, que es más que saber, sino “saborear” la vida desde la intimidad con Dios.
Finalmente, instó a la Iglesia a mantener viva su misión evangelizadora en los valles de Aconcagua y Petorca. “Somos efímeros, pasamos por este mundo, pero la misión continúa. Debemos abrir espacios de acogida, corregir cuando nuestros templos se cierran, y mantenernos atentos a la escucha, para no ser una ONG más, sino una Iglesia que es luz en las tinieblas”, enfatizó.

Un momento especial de la celebración fue la presentación de signos que representan el caminar de la diócesis, llevados por distintos miembros de la comunidad: La Cruz, portada por un matrimonio, como símbolo del amor y la esperanza que sostienen la historia diocesana; el Cántaro con Agua, Presentado por jóvenes, simbolizando el compromiso con la vida y el cuidado de la casa común; Flores, acercadas por niños y profesores, representando la educación y la esperanza de las nuevas generaciones; la Bandera Nacional: Portada por autoridades públicas, Carabineros, Bomberos y PDI, como expresión de servicio y compromiso con el bien común; el Cirio Encendido, Llevado por adultos mayores, testimonio luminoso de la fe a lo largo del siglo y el Canasta con Frutos, presentada por una pareja de huasos, signo del trabajo diario y el sustento de las familias campesinas.

La clausura definitiva del Centenario se realizará este sábado 18 de octubre en la Casa de Espiritualidad del Santuario Santa Teresita de Los Andes, en Auco, con una jornada que culminará con una Eucaristía a las 17:00 horas, esperando la participación de más de tres mil personas.