“Elvis Presley” de “Los 33” reflexiona sobre su vida a 10 años del accidente en la mina San José

Publicado el at 11:42 am
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“Uno lleva una vida ‘parejita’  hasta que la vida te dice: ‘No poh’”, relata Edison Peña hoy radicado en Puchuncaví

PUCHUNCAVÍ.- El miércoles 5 de agosto se cumplieron 10 años del accidente en la Mina San José, en Copiapó. Es una historia que fue noticia mundial cuando, el 13 de octubre y luego de 69 días atrapados a 720 metros de profundidad, finalmente los 33 mineros fueron rescatados con vida.

Uno de ellos era Edison Peña Villarroel, quien vive en Puchuncaví y conversó con “El Observador” para hacer un balance de su vida tras esa dramática experiencia.

Al repasar estos 10 años, Edison comenta que aun sufre algunas secuelas de esa experiencia. Le cuesta dormir, no tolera la oscuridad y suele dormirse con la televisión encendida, por lo que está evaluando retomar la terapia que quedó interrumpida. De ahí en adelante un tráfago de recuerdos, aprendizajes y reflexiones de vida se le viene a la cabeza.

Es que tras el rescate, los “33” -como comenzó a llamárseles- sufrieron el rigor de la fama. Hubo entrevistas, programas de televisión y viajes, pero Edison es enfático al asegurar que “nunca hice un viaje de placer, yo viajé por ser uno de los ’33’; como ‘Elvis Presley’ y a participar en maratones”.

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Igualmente enfático es al comentar que, desde el accidente y hasta ahora, no ha obtenido más que una pensión de gracia, que es lo que le permite vivir, junto a “otras cosas que salen”.

Contrariamente a lo que se piensa, los dividendos que podría haber obtenido de esta terrible experiencia nunca le llegaron, pues “hay demandas, pero no se sabe nada, eso se nos fue de las manos. Hubo un momento en que solo quería ser invisible para que no me reconocieran, porque donde iba la gente me preguntaba ‘¿qué pasó con las moneas?’”.

Incluso, de la película basada en esta historia, tampoco sabe nada, aunque inicialmente, dice, “teníamos amarrado un 7 por ciento, pero ahí está la cosa, aunque fue una película mundial no sabemos nada de eso”.

Y en lo laboral tampoco tuvo mejor suerte, pues ser uno de los sobrevivientes le cerró las puertas a nuevos trabajos. “Yo postulaba a una pega, pero cuando se daban cuenta quién era me frenaban porque decían que podría convertirme en una especie de caudillo que ‘hueviara’ por la seguridad”, asegura.

Por ello, ahora lamenta no haber trabajado en estos 10 años, pues a raíz de la liberación del 10 por ciento de los fondos previsionales, dice que “perdí 10 años de mi pensión, he estado 10 años de vacaciones, pero es terrible estar todo el día en la casa, con la tele de compañera, es como una muerte lenta”.

Pero no todo son recuerdos amargos. También los hay dulces, como cuando viajó a la maratón de Nueva York y en el aeropuerto lo esperaba Haile Gebrselassie, plusmarquista mundial de maratón y leyenda del atletismo, que le entregó un ramo de flores. O también cómo lo alentaban los neoyorkinos con carteles que decían “Go Edison” o se agolpaban a saludarlo cuando recorría las calles de la “Gran Manzana”.

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A 10 años de renacer de las entrañas de la tierra, Edison no hace planes, “ni a corto ni a largo plazo, a mí se me terminó esa ‘hueá’ porque mañana no sé qué va a pasar, quedé con esa cosa de que el mañana no lo tengo comprado, me puse más frío, pero también más agradecido. Es que si tú no recibes un remezón, entonces no tienes que opinar de la vida, uno lleva una vida ‘parejita’ hasta que la vida, o el destino, te dice: ‘No poh’ y ahí tú ves a tu prójimo (…), esto de la pandemia, por ejemplo, ha sido un remezón para mucha gente”.

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