Desde la visión de Ramón Aravena y Diego Lillo, hasta su reconstrucción décadas después, el recinto deportivo es un orgullo para la comuna
REPORTAJES.- El actual Estadio Municipal “Nicolás Chahuán Nazar” es una joya. Su moderno diseño, que nació de la elección popular a través de una encuesta, con capacidad para 10 mil espectadores, con una carpeta sintética de lujo, llena de orgullo a los caleranos.
El moderno recinto deportivo municipal, poco tiene que ver con el antiguo estadio, escenario de cientos de jornadas cargadas de tristezas y alegrías.
Como muchas cosas en La Calera, la historia del antiguo recinto deportivo, está llena de misticismo y magia, lo que se acrecentó cuando a fines de 2016 la estructura del estadio original comenzó a ser demolida para iniciar la reconstrucción del moderno y nuevo recinto –tras el empuje y constancia del ex alcalde Eduardo Martínez- que culminó con su reinauguración en enero de 2019.
El Estadio Municipal –que en 1988 fue bautizado con el nombre del fallecido dirigente de Unión La Calera, Nicolás Chahuán Nazar- funcionó durante más de seis décadas, siendo el epicentro del deporte y el fútbol de la comuna.
Las historias de su gestación y construcción definitiva se entrecruzan, así como la de los dos grandes responsables de que la comuna tuviera su primer estadio: los alcaldes Ramón Aravena y Diego Lillo.
UN ESTADIO PARA LA CALERA
La popularidad del fútbol, el surgimiento de numerosos equipos y cierta rivalidad con la fábrica Cemento Melón –que contaba con un estadio en sus propias instalaciones-, llevaron a comenzar a albergar la idea de un estadio municipal.
Ya en los años cuarenta, el municipio buscaba la fórmula para contar con el dinero para construir un estadio, algo que finalmente se desechó, al menos hasta que Ramón Aravena Laborde asumió como alcalde.
De hecho, el historiador deportivo Gustavo Crisóstomo, cuenta en su libro “70 años. La historia del Estadio Municipal Nicolás Chahuán Nazar”, que en 1945 había comisiones para planificar la construcción del futuro estadio, según se detalla en las actas municipales, e incluso ya en 1913 hubo un grupo de caleranos que solicitaban al municipio tener un estadio.
El ingreso de Deportes La Calera al profesionalismo fue fundamental para contar con un estadio municipal. La necesidad de tener un recinto adecuado para jugar sus partidos en el campeonato, llevó a que el alcalde Aravena se las “ingeniara” para buscar y encontrar un terreno donde construirlo.

Sobre la adjudicación de ese terreno hay dos miradas, una más mitológica que la otra. Según se detalla en crónicas de Miguel Núñez Mercado, el edil calerano dio con un terreno virtualmente abandonado y donde solo había unas caballerizas. La leyenda cuenta que Aravena averiguó que el sitio pertenecía a una familia que se había mudado a Santiago. Tras averiguaciones, el alcalde inscribió el terreno como propiedad municipal. La ley establecía que debía hacerse pública la petición y colocó un inserto en un diario y con viveza compró todas las ediciones publicadas, guardó cinco ejemplares y quemó el resto. Cuando pasaron seis meses, inscribió definitivamente el terreno como municipal.
Ramón Aravena se preocupó de cerrar todo el perímetro del terreno y plantó árboles. La mitología calerana cuenta que la familia dueña del sitio, tiempo después intentó reclamarlo, pero ya no había caso.
La otra parte de la historia, con un sustento más legal e histórico, da cuenta que el municipio compró el terreno a Josefina Huici, lo que quedó registrado en el Conservador de Bienes Raíces de Quillota, el 27 de abril de 1954, como lo cuentan Gustavo Crisóstomo y Rino Curotto en su libro “Campeones de Cemento. La Historia íntima de Unión La Calera”.
Lo que está claro es que el terreno de 32.012 metros cuadrados le costó al municipio poco más de dos millones de pesos de la época y en ese lugar Ramón Aravena soñó no solo con una cancha de fútbol, sino también en un complejo deportivo que años más tarde se concretó con la construcción de la piscina olímpica.
En la primavera de 1953, se puso la primera piedra del futuro estadio. En la actualidad, un pequeño monolito con esa fecha, es de lo poco que queda del antiguo estadio.

Lo primero en que se trabajó fue en la cancha de fútbol, la que contó primero con dos graderías, las de las calles Baquedano y Teresa, y que se ubicaba de oriente a poniente y no de norte a sur como la mayoría de los estadios del país. Tiempo después se construiría la galería visitante –hacia calle Pedro de Valdivia- y mucho después la galería que daba a calle Esmeralda. Ahí jugó sus primeros partidos oficiales el Deportes La Calera y desde 1955 Unión La Calera.
Ramón Aravena cumplió su periodo en 1950, asumiendo Diego Lillo como alcalde, quien continuó trabajando en concretar la idea del complejo deportivo de su predecesor. El trabajo visionario de ambos alcaldes fue fundamental para la construcción definitiva del recinto deportivo, el que –reiteramos- fue terminado de manera paulatina, al menos durante una década.

Otra parte de la leyenda cuenta que en la estructura de cemento y fierro, trabajaron obreros locales, así como reos de la cárcel de Quillota, lo que no es verdad. En la construcción del nuevo estadio de la comuna, solo hubo mano de obra calerana.
La historia no oficial señala que las partes de fierro del recinto deportivo municipal fueron donadas por los mismos vecinos de la comuna. Vigas de acero e incluso de antiguos catres, llegaron a parar en el Estadio Municipal. Esa parte de la leyenda pudo comprobarse cuando en 2016 se demolió su antigua estructura, ya que testigos de los trabajos, señalan que efectivamente ese fierro de antiguas camas, aparecieron al derribar antiguos pilares.
En 1958 –cuando Diego Lillo volvió a la alcaldía- el antiguo Estadio Municipal ya habría terminado de construirse. Dos años después, gracias al empuje de Lillo, también quedó construida la piscina olímpica. El Gimnasio Municipal –dentro del terreno- fue construido también de a poco, hasta quedar terminado a fines de los años 70, comienzos de los 80.
SE GESTA EL NUEVO ESTADIO MUNICIPAL
Durante casi seis décadas el Estadio Municipal de La Calera fue el escenario deportivo de la comuna, pero con el paso de los años su estructura fue sintiendo el rigor del tiempo, de los desastres naturales, y su renovación fue convirtiéndose en una necesidad.
Retoques, “manitos de gato”, pinturas más, pinturas menos, los arreglos menores no fueron suficientes y solo solucionaban problemas puntuales.
Comenzó a ser evidente que el Estadio Municipal necesitaba una nueva cara. Eso llevó al ex alcalde Eduardo Martínez, el gran gestor de la obra, a iniciar un largo y visionario camino para que La Calera contara con un nuevo recinto.
En 2010, luego del terremoto de febrero de ese año, el municipio calerano recibió 160 millones de pesos para reparaciones de las tribunas del recinto. Sin embargo, el alcalde Martínez logró la autorización para ocupar ese dinero en la ejecución del diseño del futuro recinto deportivo.
En diciembre de 2011 fueron presentados los cuatro posibles diseños. El municipio decidió democratizar el proceso del futuro estadio y fue la comunidad la que participó de una consulta ciudadana, donde cada calerano votó por el diseño que le parecía más atractivo. Un 46 por ciento votó por la propuesta de Guarello Arquitectos, bautizado popularmente como la “Chinita”.
En diciembre de 2012 la maqueta de ese diseño fue presentado a la comunidad, en un emotivo acto en los jardines de la Municipalidad. Lo que vino en los años siguientes, fue un arduo trabajo de Martínez para gestionar y obtener los recursos por parte del Estado, necesarios para la construcción del futuro estadio.

El “espaldarazo” más importante fue el anunció de la presidenta Michelle Bachelet en su Cuenta Pública en mayo de 2015, donde junto con anunciar una fuerte inversión en infraestructura deportiva en el país, confirmó la construcción del Estadio Municipal de La Calera.
Millones de Hacienda, otros millones del IND, se fueron sumando hasta llegar a los 12.600 millones de pesos que fueron necesarios para concretar el proyecto.
El 7 de noviembre de ese mismo año, el Estadio Municipal albergó su último partido oficial para luego ser cerrado por más de un año. A mediados de diciembre de 2016 se inició la demolición del querido y antiguo recinto y también los trabajos a cargo de la Empresa Valko. En abril de 2017 se realizó la ceremonia de colocar la primera piedra, donde asistieron ministros de gobierno y parlamentarios de la época.
DOS INAUGURACIONES
Así se llegó al 16 de enero de 2019 y curiosamente –quizás pocos lo recuerden- el Estadio Municipal “Nicolás Chahuán Nazar” tuvo dos inauguraciones. La primera fue prácticamente a puertas cerradas, donde la entonces alcaldesa Trinidad Rojo tuvo como invitados a los ministros del Deporte y Obras Públicas, el presidente de la ANFP y parlamentarios. También algunos representantes de organizaciones sociales, dirigentes y cuerpo técnico de Unión La Calera, así como algunos ex jugadores rojos.
En rigor esa ceremonia fue protocolar. Un acto que muchos consideraron deslucido y alejado de la gente y al que no fue invitado el gran gestor local de esa obra, el ex alcalde Martínez. Tampoco hubo mención alguna a la presidenta Bachelet en el discurso de la alcaldesa.
La otra inauguración, la del pueblo, la que todos recuerdan, fue el viernes 25 de enero de 2019, y estuvo marcada por la caótica entrega de entradas gratuitas en los días previos. Todos querían estar en esa histórica jornada y solo poco más de 9 mil pudieron hacerlo. Ese día Unión La Calera y Coquimbo Unido empataron 2-2 y en la previa hubo el show y el brillo que el calerano esperaba.
Desde ese 2019 a la fecha, el estadio calerano, gracias a las buenas campañas de Unión La Calera, ha podido ser escenario de partidos internacionales de Copa Sudamericana y Copa Libertadores de América.
La actual administración municipal del alcalde Johnny Piraino, ha logrado en los últimos años, darle el uso que se pensó originalmente para el estadio, convirtiéndolo en un recinto donde no solo se juega fútbol profesional cada quince días.
Se realizan visitas guiadas para que todo el que desee lo conozca, se jugó un Sudamericano de fútbol femenino, también un cuadrangular internacional Sub 20, en sus dependencias se realizan todo tipo de actividades deportivas y sociales, donde emprendedores y organizaciones sociales encuentran un espacio para sus eventos, administrando de manera positiva sus espacios y recursos.
A 72 años de esa primera piedra, el Estadio Municipal está más lleno de vida que nunca, y seguramente Ramón Aravena y Diego Lillo, estarían felices de saber que esa idea original, hoy no solo se ha consolidado, sino que sigue creciendo, tanto como el cariño de los caleranos por su estadio.
