La increíble aventura de tres caleranos que viajaron en auto de La Calera a Nueva York

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La increíble aventura de tres caleranos que viajaron en auto de La Calera a Nueva York

En 1938 Juan Manuel Hidalgo, Luis Pizarro y Gregorio Pérez quisieron estar en la Feria Mundial de Nueva York. Esta es la historia de un viaje mágico de varios meses, a bordo de un Ford V-8, y cruzando todo el Continente.

LA CALERA.- La Calera y sus historias siempre han sorprendido. A sus personajes tan propios y que se encuentran en cada esquina, se suman pasajes históricos que parecen sacados de una novela de Gabriel García Márquez.

La siguiente historia relata el viaje de tres amigos caleranos que decidieron viajar desde La Calera hasta Nueva York. Hasta ahí seguramente nada sorprende, sin embargo, al saber que el viaje fue hecho en automóvil y en 1938, la historia parece increíble.

Hace 87 años La Calera era diferente a como la conocemos actualmente. Chile era otro. El mundo era otro. En 1938 Juan Manuel Hidalgo Migueles, un joven calerano de entonces 29 años, tuvo la alocada idea de viajar desde La Calera hasta Nueva York en Estados Unidos, para estar presente en la Feria Mundial que se realizaría en esa ciudad al año siguiente.

Hidalgo convenció a dos amigos de infancia, Luis Alfredo Pizarro y Gregorio Vásquez Núñez –mecánicos-, para que lo acompañaran a bordo de una camioneta Ford V-8, especialmente equipada con las pocas comodidades que la época permitía.

La increíble aventura de tres caleranos que viajaron en auto de La Calera a Nueva York
Anuncio en la prensa del regreso de los viajeros caleranos rumbo a Chile.

Despedida en La Calera y comienza la aventura

La aventura de los jóvenes caleranos causó sensación en la ciudad en ese momento y también en el país. De hecho, el diario La Hora, fue el medio oficial que cubriría la proeza de Juan Manuel Hidalgo y sus amigos. 

El vehículo fue bendecido por el obispo de Valparaíso, los bomberos de La Calera y el naciente gremio de automovilistas les ofrecieron cenas de despedida a los aventureros.

Aunque la idea era partir a fines de noviembre, esta odisea por los caminos de todo el continente americano, se inició el domingo 4 de diciembre de 1938. 

La increíble aventura de tres caleranos que viajaron en auto de La Calera a Nueva York
Publicación en el diario La Hora en septiembre de 1939, anunciando un contacto por radio.

Juan Hidalgo, hijo de un comerciante de autos Ford en La Calera, decidió llevar una bitácora de viaje donde detalló los pormenores del viaje de ida y vuelta. 

Esas anotaciones fueron un tesoro guardado por su hijo, Gonzalo Hidalgo, quien se las entregó a su hija, Carolina, cuando estudiaba Pedagogía en Historia. 

Incluso, ella publicó esa bitácora y el increíble viaje de su abuelo, en un libro, llamado “Por los Caminos de la Confraternidad”.

: Publicación en el diario La Hora en septiembre de 1939, anunciando un contacto por radio.
Los aventureros caleranos, junto a un locutar de la RCA de Nueva York para ser entrevistados.

La partida del viaje se anunció con el sonido de la sirena de la Segunda Compañía de Bomberos de La Calera. Varios vehículos acompañaron a los viajeros –que incluso llevaron a un perro llamado “Quién”– hasta El Melón. En ese lugar se cantó el himno nacional antes de seguir adelante. “La primera noche es un poco triste para mí. Pienso en mi familia y me pongo triste. ¿Qué me deparará el destino a mí y a mis compañeros?”, escribe Hidalgo en su espectacular bitácora.

Lo que siguió fueron ocho meses de recorrido por el norte del país y cruzando diferentes países como Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, El Salvador, Guatemala, Panamá, Costa Rica, México, y caminos complejos, por la selva, cruzando ríos, en incluso construyendo caminos donde no los había, con la ayuda de los habitantes de la zona. En cada lugar eran recibidos con expectación y asombro. La visita a consulados y embajadas de Chile en el exterior era obligada. 

El detalle del viaje es bellamente retratado en la pluma de Juan Hidalgo, convertido en periodista y redactor de la mágica aventura, retratando cada lugar por el que los intrépidos caleranos pasaron. 

Tras unos días en Ciudad de México, donde lamentablemente “Quién” se perdió, para tristeza de los viajeros, continuaron hacia Estados Unidos. En el camino consiguieron otra mascota: una tortuga, que al día siguiente, desapareció.

Recibidos como héroes en Nueva York

El 26 de agosto, a las 15 horas, el Ford V-8 y los tres amigos caleranos llegaron a la Feria Mundial de Nueva York, donde fueron recibidos por el Pabellón de Chile y de la Ford. 

Su presencia causó expectación. Muchos llegaron a conocer a los tres chilenos que viajaron 19.300 kilómetros desde La Calera. Hubo fotografías, fueron recibidos por Fiorello Laguardia, el alcalde de Nueva York, a quien entregaron una carta de la Municipalidad de La Calera y hablaron de su experiencia en radios de la ciudad. 

Eran vistos como héroes. Ford anunció que pagarían mil dólares por el famoso auto que quedó como parte de la exposición en la Feria Mundial y que les darían otro nuevo para el regreso. 

Sin embargo, a los pocos días, la Segunda Guerra Mundial explotó en Europa y toda la atención que había sobre Hidalgo y sus amigos, se acabó. Así lo expresa Juan Hidalgo en su bitácora: “Se declara la guerra en Europa y los diarios no nos llevan de apunte. Fracaso!!! Si este viaje lo hubiese hecho un gringo entonces sí que cambiaría el asunto”. 

Con el paso de los días, los tres amigos caleranos quedan en el olvido, sin dinero ni automóvil, sobreviviendo solo gracias a la solidaridad de otros chilenos en Nueva York. “Aquí la Confraternidad Panamericana es cuento. Los yankees desprecian a los latinos. Ayer vi uno que cayó muerto en la calle. Nadie se detuvo a mirarlo. El frío hace sus efectos. Yo no tengo abrigo y lo estoy sintiendo”, apunta con desazón el joven calerano, y agrega que “los barrios pobres son muchos. Es una gran ciudad, pero hay también mucha pobreza. Conocimos Harlem y Chinatown. Ninguno es como lo pintan en las películas y novelas. Eso es para los turistas”.

De regreso a Chile en barco

La situación no mejoraba e Hidalgo lo reflejaba en su bitácora. “Estamos como las tristes. Comemos un plato diario, sí bastante café”. 

En octubre consiguen ser repatriados para regresar a Chile en el barco “Copiapó”. El 3 de noviembre de 1939 desde el muelle Columbia de Nueva York, Hidalgo, Pizarro y Vásquez embarcan para zarpar a las 16 horas rumbo a nuestro país. 

En su condición de repatriados, debieron trabajar durante el viaje. Juan Hidalgo lavó platos en la cocina, Pizarro trabajó como mozo en el comedor de oficiales y Vásquez de ayudante de electricista.

Luego de 19 días de viaje, los tres aventureros caleranos llegan al puerto de Valparaíso. “El barco debía llegar en la mañana, pero vamos muy despacio y solo llegaremos a las 5. Miramos la costa y reconocemos los lugares. Papudo, Zapallar, Maitencillo, Concón. A lo lejos vemos los cerros de Valparaíso con sus blancas casitas dándonos la bienvenida”, escribió Juan Hidalgo, aunque días antes había tenido la dicha de descender a tierra chilena unas horas en Antofagasta.

Anuncio en la prensa del regreso de los viajeros caleranos rumbo a Chile
Anuncio en la prensa del regreso de los viajeros caleranos rumbo a Chile

Así terminó la fantástica historia de los tres caleranos, una historia que la familia de Juan Hidalgo –que pocos años después del viaje se casaría y radicaría hasta su muerte en 1983 en Santiago- desea que sea conocida por las nuevas generaciones de caleranos. “Sería bonito que los niños en los colegios aprendieran de la historia de su ciudad. Creo que sería bueno un reconocimiento oficial de la Municipalidad para los tres viajeros”, señala su hijo Gonzalo Hidalgo, radicado en Arica.

Hace dos años, Carolina Hidalgo, nieta del aventurero Juan Hidalgo, aprovechó sus vacaciones para viajar en automóvil desde Arica, donde vive. Recorrió las calles donde su abuelo creció y vivió, rememorando la historia mágica de su abuelo y sus amigos, viajando miles de kilómetros para llegar a Estados Unidos.

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