El lunes 3 de junio de 2002 un aluvión azotó el poblado ubicado al oriente de Los Molles
El 3 de junio de 2002 quedó marcado como uno de los días más tristes en la historia reciente de la Provincia de Petorca. Ese lunes, un aluvión repentino afectó con violencia a la localidad de Villa Huaquén, en el sector oriente del balneario de Los Molles, comuna de La Ligua, dejando cuatro personas fallecidas y decenas de familias damnificadas.
El desastre fue provocado por el desborde del estero Huaquén, cuyo lecho, seco durante la mayor parte del año, se transformó en un torrente imparable tras las intensas lluvias del sistema frontal que afectó al centro del país. En cosa de minutos, el agua bajó con fuerza desde una quebrada, arrasando con al menos quince viviendas e inundando otras treinta. El impacto fue tal, que se considera la peor tragedia vivida por la provincia hasta ese momento.
Las víctimas fatales fueron identificadas como Raquel Pizarro (40), Pablo Morales (80), Margarita Carmona (79) y Guillermo Godoy (85), cuyos cuerpos fueron rescatados por personal de emergencia con apoyo de un helicóptero. Otras personas salvaron su vida al huir a tiempo, mientras que al menos ocho quedaron desaparecidas.
En medio del caos, los vecinos vieron cómo la Posta de Salud y la sede social de la localidad fueron completamente arrasadas por las aguas. Muchas familias se refugiaron en techos y árboles para evitar ser arrastradas. El nivel del agua subió rápidamente, destruyendo en pocos minutos los hogares y el esfuerzo de años de sus habitantes.
Bomberos, Carabineros y personal de emergencia municipal trabajaron en el lugar, donde encontraron una escena desoladora. Las labores de rescate se vieron dificultadas por la magnitud de la emergencia y la falta de luz natural, y se retomaron al día siguiente con el apoyo de un helicóptero proveniente de Santiago. Unas 25 familias fueron evacuadas y trasladadas a la Casa de Acogida de La Ligua y a la Escuela de Los Molles.
Mientras tanto, en el balneario de Los Molles, los vecinos también sufrieron las consecuencias del frente de mal tiempo. El fuerte oleaje provocó la salida del mar en algunos sectores, anegando varias viviendas de la caleta.
A 23 años de aquella madrugada, Villa Huaquén recuerda en silencio una tragedia que dejó cicatrices profundas. El agua se retiró, pero el recuerdo permanece.
