El ex goleador recordó con cariño sus inicios en Unión La Calera, habló de los futbolistas actuales, de lo mal mirado que son los entrenadores chilenos y mucho más
Marco Antonio Figueroa, el “Fantasma”, es un personaje del fútbol chileno. Las nuevas generaciones tienen la imagen del polémico entrenador, que dirigió Cobreloa, Universidad de Chile y Universidad Católica, y actualmente es el director técnico de la Selección de Nicaragua.
En La Calera en cambio, muchos recuerdan al joven y delgado goleador que debutó con la camiseta de Unión La Calera, y a punta de goles se ganó la titularidad y su traspaso a Everton y su historia goleadora en México donde es todo un ídolo.
De sus inicios en La Calera y del fútbol chileno actual conversó Marco Antonio Figueroa en “La Sintonía Roja”, el programa de Radio Observador. Ahí se reencontró con su ex compañero y amigo, Jorge “Kiko” Chahuán, comentarista del mencionado programa. “El dueño de La Calera, el famoso “Kiko” Chahuán. Cualquier problema que había, él lo solucionaba rápido”, comenzó recordando el ex goleador.
“El fútbol ha cambiado mucho”, comentó, para agregar que “fui a ver el partido de Colo Colo y Universidad Católica, pero hubo que hacer tanto trámite para conseguir una entrada, un papeleo enorme, que ya no me quedaron ganas de volver a un estadio”.

SUS INICIOS EN EL FÚTBOL
Comenzó a recordar sus inicios futbolísticos. “Hablar de La Calera es hablar del Liceo Industrial, el inicio de todo. Aprovecho de mandarle cariños y saludos a todos los profesores que estuvieron en esa época, que me dieron la posibilidad de estudiar y jugar”.
“Yo llegué en 1979 o comienzos de 1980 y estuve cuatro años, hasta que me fui a Everton. Fueron cuatro años donde a mí me tocaba caminar mucho. Al comienzo estudiaba y entrenaba, caminaba desde el estadio al liceo, eran como dos kilómetros. A veces llegaba a mi casa a las 10 de la noche, todos los días. Nicolás Chahuán me pasaba el dinero para el bus”, relató el ex delantero oriundo de Llay Llay.
Marco Antonio Figueroa tuvo una infancia humilde. Su padre era un esforzado trabajador campesino y su mamá trabajaba en el Correo de Llay Llay. Como muchos jóvenes de la zona norte de la región, llegó al Liceo Industrial de La Calera para estudiar en su enseñanza media.
Siempre fue futbolista y según cuenta la historia, cierto día, el equipo juvenil de Unión La Calera jugó un partido amistoso en el antiguo Estadio Municipal de La Calera frente a la selección de Llay Llay. Ese día Figueroa –que por aquel entonces era el “Zorro” y no el “Fantasma”- jugó en los visitantes.
Llamó la atención de inmediato, pues hizo un buen partido. Fidel Zuleta y Viterbo Valdivia eran los entrenadores de la serie juvenil de los rojos, y decidieron conversar con él, para integrarlo al club.
En su primer entrenamiento jugó de delantero (lo hacía como defensa central) y anotó dos goles. Uno de cabeza y otro de zurda. Nicolás Chahuán, que estaba viendo el entrenamiento, no lo dudó un segundo y se lo llevó a la sede para que firmara con el club.
Ya finalizando la temporada de Segunda División en 1980, cuando Unión La Calera no tenía nada que ganar ni perder, pues no luchaba por ascender, pero estaba salvado de la posibilidad de descender, el técnico de la época, Carlos “Pluto” Contreras, le dio la oportunidad de debutar a varios jóvenes de la cantera, entre ellos Figueroa.
“En esa época, de 1980 a 1984, no teníamos tanto lujo en Unión La Calera, pero teníamos un terrible equipo. Era un equipo de mucha fuerza, un equipo de mucho talento, había muy buenos jugadores como el “Chueco” Vásquez, el “Pelado” Ahumada, Juan Carlos Vera, Christian Jelves. Una generación de mucho talento”, comenta Marco Antonio Figueroa.
Las buenas actuaciones de Figueroa en Unión La Calera pronto tuvieron su premio. Everton de Viña del Mar se interesó en él y se iniciaron las gestiones para ficharlo. Fue a comienzos de 1984 que los dirigentes de ambos clubes comenzaron a conversar para la venta. Tocó en esa época que Figueroa junto a –Daniel Ahumada- fue llamado a la selección olímpica que participaría en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en Estados Unidos.

Mientras estaba concentrado en el Complejo Juan Pinto Durán con la Roja, se selló su traspaso a los viñamarinos. En las dos temporadas que estuvo en Everton confirmó su estirpe de goleador, lo que valió ser transferido a México, en tiempos donde salir al extranjero no era tan fácil.
Se convirtió en ídolo en el Morelia de México, donde se cansó de hacer goles y fue ahí que se ganó el apodo de “Fantasma” por su olfato y oportunismo para aparecer sorpresivamente en el área.
Su carrera continuó en el América de México, para luego regresar a Chile para cumplir buenas temporadas en Cobreloa, con quien fue campeón en 1992 y goleador del campeonato al año siguiente. Volvió a México para jugar por el Morelia y Atlético Celaya y terminar su carrera en nuestro país con la Universidad Católica.
Inició su camino como entrenador. En el extranjero y nuestro país ha dejado su huella, donde muchas veces las polémicas con sus jugadores, los rivales, dirigentes y la prensa, nublan su trabajo al mando de los equipos que ha dirigido. Polémico, confrontacional, directo, sin pelos en la lengua, no pasa desapercibido y tiene opinión de todo, una opinión que a veces no cae bien.

“MANUEL PELLEGRINI ES EL IDÓNEO PARA LA SELECCIÓN”
En la conversación con Radio Observador, Figueroa hizo un análisis del momento actual del fútbol nacional. “El fútbol chileno, ha tenido un bajón futbolístico a nivel de clubes. No solo uno o dos clubes. La gran mayoría ha tenido un bajón futbolístico por razones que uno a veces no le gustaría decir. Pero creo que se ha dejado de hacer mucho, sobre todo en cadetes. Se traen muchos técnicos que no tienen currículum y los traen a Chile a dirigir cuando han dirigido en Argentina, en Paraguay, en Uruguay, en la Cuarta División. Entonces es difícil, es bastante complicado para nosotros que somos técnicos nacionales, que aspiramos algún día a dirigir a los equipos grandes, los equipos top de Chile, la selección chilena, por ejemplo”.
El actual DT de Nicaragua, agregó al respecto que “me da tristeza ver a técnicos chilenos, buenos técnicos, dirigiendo en Primera B o que no están dirigiendo, mientras que al técnico extranjero se le da todo”.
Al hablar de la Selección Chilena, Marco Antonio Figueroa no duda en dar a su candidato. Aunque su nombre a veces ha sonado para ser el DT de La Roja, él cree otra cosa. “Para cualquier técnico dirigir a su país debe ser algo importante, ¿no? El técnico idóneo para dirigir a la Selección Chilena se llama Manuel Pellegrini. Que le den las llaves de la ANFP y que saquen todo lo que está adentro. Que Manuel se haga cargo del fútbol chileno y que reestructure todo”, y agrega: “pero ¿sabe cuál es el problema? Que Manuel está tan bien en Europa, está tan bien en España. Entonces, es muy difícil que él acepte alguna invitación para dirigir a un país que está cada día más extranjerizado. Un país en que los jugadores están menos profesionales”.
Sobre sus opciones de dirigir a La Roja, Marco Antonio Figueroa explica que “en este momento estoy comprometido con Nicaragua hace tres años. Hemos hecho hartas cosas positivas y tengo el respeto de los dirigentes. Pero esto es como toda profesión, si llega una oferta y hay un proyecto interesante, uno escucha y toma decisiones”.
“Fantasma” Figueroa apunta a lo que pasará en septiembre, octubre y noviembre con Nicaragua. En esos meses, con su selección buscará la posibilidad de clasificar al Mundial de 2026, el gran objetivo por el que ha trabajado en los últimos años.
Pese a lo bien que lo ha hecho, Figueroa señala que para muchos, es solo un hablador. “No se valora lo que uno hace o ha hecho. “Aquí sigo siendo el pelado vende humo, sigo siendo el ‘chanta’. Por eso yo mi carrera, casi toda la he tratado de hacer fuera. Y entiendo perfectamente por qué Pellegrini no quiere o no le interesa todavía venir a Chile a la Selección”.
Además, el ex goleador de Unión La Calera y otros clubes en Chile y el extranjero, apunta a los futbolistas actuales. “Se ha perdido un poco la esencia. Hoy hay mucho tatuaje, cabellos pintados, mucho celular, y lo que se debe hacer es tomarse la carrera con profesionalismo. Antes no teníamos nada y nos dedicábamos cien por ciento a esto como una profesión. Cuando éramos jóvenes con “Kiko” lo único que queríamos era triunfar y darle las gracias a la gente que confió en uno en esos años Creo que si el fútbol se empieza a valorar un poco más desde abajo, que a los jóvenes se les empiece a enseñar a jugar a la pelota, a interpretar el fútbol como una profesión, el fútbol chileno puede cambiar mucho, pero para eso se necesita gente con carácter, mano dura, y los pocos que estamos en el medio, que tenemos esas condiciones, somos mirados muy mal”, puntualizó.
“Tengo muy buenos recuerdos de La Calera, porque ahí estudié, ahí jugué, y guardo gratos recuerdos de gente que me trató muy bien. Soy un agradecido de Dios por darme la oportunidad de iniciar donde yo conocí el fútbol, que fue en La Calera”.
