No a los extremos

Publicado el at 12/11/2025
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Por Roberto Silva Bijit
Fundador Diario “El Observador”

En la vida, como en la política, los extremos siempre son malos.

Este domingo tendremos que ir a las urnas a marcar tres rayitas decisivas, una en cada voto, para definir la suerte de Chile.

En ocasiones como estas uno debiera comprender que la Patria nos necesita a todos, que nadie sobra para la gran tarea de construir Chile. Por eso resultan tan reprochables los discursos de condena y rechazo que han pronunciado los candidatos extremos, tanto de la extrema izquierda como Jeanette Jara, o de la extrema derecha como Johannes Kaiser.

El país no se merece ser gobernado por representantes de los extremos políticos, que implican poca o ninguna capacidad de alcanzar consensos para poder darle gobernabilidad al país.

Entendamos por extremos todas esas señales que proponen la exclusión de muchos sectores porque piensan distinto, porque no aceptan a ciegas sus ideas, porque no están disponibles sino para escucharse ellos mismos.

No a la derecha extrema y no a la izquierda extrema. Ambas candidaturas podrán decir -sin convencernos- que no son extremas, pero la verdad es que representan visiones estrechas de nuestra realidad nacional y tienen un apadrinamiento internacional que tampoco convence a la gente prudente, que quiere gobiernos respetuosos de todas las ideas.

La elección de este domingo no se resolverá el domingo. Todo indica que deberemos asistir a una segunda vuelta el domingo 14 de diciembre, ya que ninguno de los ocho candidatos podrá llegar al 51% de los votos.

Además, ya sabemos que la elección es solamente de cuatro candidatos, que han logrado aunar más voluntades. Nada tiene que hacer el señor Artés, que sin responsabilidad alguna ha emitido todo tipo de juicios temerarios, como el aceptar las bombas molotov o proponer sacar con violencia de la escena a un ganador que no sea de su entero agrado.

Tampoco tiene nada que hacer el dirigente deportivo Harold Mayne-Nicholls ya que, si bien tuvo un buen desempeño en los temas de su especialidad, no es llegar y pasarse al tema político, y menos todavía al tema presidencial, sin ninguna escala intermedia. Irónicamente, su mayor plus es no ser político.

Marco Enríquez-Ominami Gumucio ya es antiguo en la carrera presidencial y sus resultados son similares en todas: no llega. Tiene buenas ideas, se desempeña bien en los foros, posee buenos contactos internacionales, proviene de familia de políticos, pero todo eso no es suficiente todavía para que se transforme en competitivo. Para otra vez será.

Si bien Franco Parisi es el que más marca entre los cuatro sin posibilidades, no logra convencer a más gente para poder consolidar con votos su propuesta política. Se queda ahí pegado y dominado por su idea de que todo se puede hacer a través de las redes sociales.

La disputa presidencial del domingo se enmarca en los otros cuatro candidatos. Si nos fijamos bien, hay tres de derecha y una de izquierda. Si nos fijamos más, hay dos que representan a los extremos, uno por la izquierda (Jara) y otro por la derecha (Kaiser). Nos quedan otros dos candidatos, que no son los mejores, pero son los únicos que nos quedan: Evelyn Matthei y José Antonio Kast.

Entre esos cuatro candidatos saldrán los dos que irán a segunda vuelta, donde se supone que deberían enfrentarse uno de izquierda y uno de derecha.

Se sabe que en segunda vuelta Jara está derrotada frente a Kast o Matthei, pero que podría tener alguna opción frente a Kaiser. Por esa razón muchos analistas de izquierda han tratado de subirle los bonos a Kaiser, porque es el único al que Jara podría ganarle.

Aplicando el máximo de realismo político y haciendo caso omiso de los cerca de cuatro millones de electores que por primera vez irán a votar en forma obligada a la elección presidencial, me atrevo a decir que pasarán a segunda vuelta Jara y Kast. Y que en segunda vuelta ganará Kast.

Un pronóstico siempre es un pronóstico, pero hay que atreverse a hacerlo.

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