SAN FELIPE.- En la comuna de San Felipe tuvo su último adiós el querido padre Hernán “Nano” Acuña Garrido, quien falleció a los 86 años el pasado 18 de septiembre, mientras se encontraba en un delicado estado de salud, que enfrentaba en su domicilio particular.
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El Padre Hernán, cariñosamente conocido como “Nano” por la comunidad, dedicó su vida a diversas misiones dentro de la Diócesis de San Felipe de Aconcagua. A lo largo de su trayectoria, pastoreó en parroquias de Llay Llay, Zapallar, Curimón, La Asunción y Santa Rosa de Los Andes, además de la Catedral de San Felipe. También sirvió como Vicario General y Administrador Diocesano en tiempos de sede vacante.
MASIVA DESPEDIDA
Durante los días de velatorio en la Catedral de San Felipe, cientos de fieles se acercaron para acompañarlo en oración y expresar su gratitud por su vida y ministerio. En tanto, el sábado 20 de septiembre, la Misa de Exequias fue celebrada en un templo catedral que se encontró repleto, con la presencia de comunidades a las que el Padre Hernán sirvió y acompañó a lo largo de su vida sacerdotal.
En su homilía, el Padre Obispo Gonzalo Bravo Álvarez destacó la humildad y cercanía que caracterizó al Padre Hernán, manifestando que “el Padre Nano murió en la paz de Dios, en su casa, con la certeza de que no hay muerte sino vida, vida eterna”.
Al finalizar la celebración, se vivieron momentos de gran emotividad por parte de familiares y cercanos al religioso, luego de lo cual salió el cortejo fúnebre rumbo al Cementerio Parque Almendral de San Felipe, donde se le dio el último adiós.
Allí, amigos, feligreses y personas de diversas comunidades: Santa Rosa y la Capilla San Rafael, Curimón y Alpha, junto a su familia, expresaron con afecto y gratitud el impacto que tuvo el Padre Nano en sus vidas. Se destacó no solo su labor pastoral, sino también el cariño de quienes lo acompañaron en sus últimos días, en sus traslados y atenciones médicas, testimonio de la profunda huella que dejó en cada persona que lo conoció.
“Como Iglesia diocesana, damos gracias a Dios por la vida del Padre Hernán ‘Nano’ Acuña Garrido, por su testimonio sacerdotal y por la esperanza que nos deja en el Señor resucitado, en quien confiamos que ya goza de la plenitud de la vida eterna”, destacaron desde la diócesis de San Felipe.