La agrupación que encabeza Narbona representa a nueve viñas de la zona, desde Los Andes hasta Quillota.
ACTUALIDAD.- Pedro Narbona Rodríguez, presidente de los viñateros de Aconcagua y propietario de Narbona Wines, compartió con orgullo los frutos de un reciente viaje a Japón, donde representó a Chile en la Expo Mundial Osaka junto a una delegación multisectorial de la región de Valparaíso.
La feria, que se celebra cada cinco años, reunió a 190 países en un espacio especialmente diseñado para la ocasión, y Chile presentó semanas temáticas durante seis meses, destacando en esta oportunidad la sostenibilidad.
“Fue una experiencia inolvidable, de mucho trabajo, aunque no lo crean, pero muy reconfortante porque tuvimos la oportunidad de exponer a gente de Japón quiénes somos, de dónde venimos y la calidad de nuestros vinos”, señaló Narbona durante su entrevista en Observador Radio. La delegación incluyó a representantes de la Asociación de Industriales de Valparaíso, emprendedores, pescadores de Juan Fernández y, por supuesto, los viñateros del Valle de Aconcagua.
El presidente del gremio explica que Viñateros de Aconcagua agrupa a nueve viñas de la zona, desde Los Andes hasta Quillota, incluyendo nombres como In Situ, Flash Herti Wine, Santa María, Peumayen, Viña El Escorial, Viña Padich y Arbona Wines. “Yo soy el más costero en Narbona Wines, y contar nuestra historia y nuestra calidad de vino fue muy enriquecedor”, afirma. Durante la Expo, se realizaron catas y reuniones oficiales con la Cámara de Comercio de Osaka y empresas locales, además de interactuar con miles de visitantes: “Diariamente entraban a la feria 300.000 personas. Una cosa de loco, la cantidad de gente que había”, relata.
Para Narbona, el vínculo entre vino y turismo es inseparable. “No concibo el vino sin turismo. Todas las viñas del Valle de Aconcagua hacemos turismo de una u otra manera”, afirma. Su viña ofrece experiencias únicas para los visitantes, con catas, almuerzos y eventos culturales que incluyen artistas invitados. Además, Narbona Wines es una de las pocas viñas del país que cuenta con alojamiento propio, dentro de un grupo selecto de 25 viñas en Chile. “Somos la única del Valle de Aconcagua con esta posibilidad, lo que nos permite ofrecer una experiencia completa a nuestros visitantes”, comenta.
El empresario también comparte consejos para los amantes del vino: “El vino debe guardarse en un lugar fresco, idealmente con temperatura inferior a 22°C, y la botella acostada para que el corcho se mantenga húmedo y no entre oxígeno”. Narbona enfatiza la importancia de disfrutar el vino en su momento: “Los buenos vinos también se toman, porque la vida es corta”.
Mirando hacia el futuro, Narbona tiene planes de potenciar el turismo local y generar alianzas con municipios para celebrar eventos como el Día del Carmenère, que se realizará en Ñuñoa. “Estamos haciendo cosas muy entretenidas, con actividades de diferentes precios y exclusividad, y también para empresas que quieran celebrar alguna ocasión especial en la viña”, comenta.
Sobre su vocación, Narbona es claro: “Es un camino largo y difícil, pero eso hace que las cosas sean más entretenidas. No es un gran negocio, es más de vocación que otra cosa. Tiene que gustarte la delicadeza del vino y disfrutar de unir a la gente alrededor de una buena conversación con una botella de vino”.
Con una mirada internacional y un fuerte compromiso con el turismo en el Valle de Aconcagua, Pedro Narbona continúa consolidando la presencia de su región y de Chile en los mercados globales, demostrando que el vino es mucho más que una bebida: es cultura, territorio y experiencia.