Todo indica que el 17 de diciembre estaremos a favor de la nueva Constitución

Publicado el at 7:36 am
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Por Roberto Silva Bijit
Fundador Diario “El Observador”

La instalación del Consejo Constitucional fue en serio, solemne, fundada en el respeto. La Canción Nacional fue cantada en forma normal (sin interrupciones ni pifias), asistieron los tres poderes del Estado de Chile, tuvo una sola votación corta, se entendió el ánimo de diálogo en todas las declaraciones de los consejeros electos democráticamente.

Todo parece indicar que el domingo 17 de diciembre, cuando nos llamen a votar a favor o en contra de la nueva Constitución, tendremos una respuesta muy mayoritaria para aprobarla, para terminar un proceso, para darle valor a nuestra ley fundamental.

La labor que tienen por delante es trabajar estos cinco meses sobre el Anteproyecto de Constitución entregado por la Comisión Experta, que hizo un gran trabajo al poner de acuerdo a todos los especialistas, aunque quedaron temas pendientes donde existen opiniones divididas.

Si todos leen bien la realidad, comprendiendo el momento crítico que vive Chile, la aprobación de un texto razonable para la mayoría de los chilenos, ausente de ideologías y dispuesto a proteger las libertades de las personas, para que cada uno pueda realizar el proyecto de vida que lo haga feliz, debería ser la conclusión se ese trabajo.

Al entregar el Anteproyecto de la Comisión de Expertos, su presidenta, Verónica Undurraga, descendiente de la quillotana Carmela Carvajal Briones, esposa de Arturo Prat, fue muy clara en pedir que mantuvieran el “ánimo de acuerdos” durante lo que queda del proceso. Estaba pidiendo algo fundamental: tener acuerdos sobre un texto con que deben estar de acuerdo la mayoría de los chilenos.

Acuerdos, esa palabrita que los políticos han dejado de lado en sus afanes personalistas. Acuerdos para entendernos, para avanzar (transando por supuesto) y generar un texto que ponga en su lugar al poder y someta a las autoridades a la ley; un texto que garantice libertades de las personas, que fije claramente sus derechos y sus deberes, que construya un Estado de Derecho, no simplemente un Estado de derechos, como algunos lo han querido entender.

Otro cambio que señala que vamos por buen camino son las palabras de la joven presidenta del Consejo, Beatriz Hevia, que pidió a los consejeros que mantuvieran una disposición para dialogar entre sí y para alcanzar acuerdos. Muy diferente a Elisa Loncón, que el primer día como presidenta de la Constituyente declaró que iba a refundar Chile, asumiendo verdades absolutas e inconsultas. Muy prudente estuvo el ex rector de la Universidad de Valparaíso, Aldo Valle, vicepresidente del Consejo, que con mucha sabiduría puntualizó que en democracia a veces es mejor alcanzar la paz que tener la razón (o como en la vida de las parejas: tener la razón o ser felices).

Los 50 consejeros tienen una muy buena preparación profesional y entienden perfectamente el trabajo que les han encomendado, por eso se puede deducir que lo que entregarán será un buen texto que nos dejará contentos a todos. Aunque en este punto, como ya sabemos, los acuerdos significan ceder para recibir, ejercicio que deben hacer ambas partes.

Esperemos también que el Partido Republicano se ponga a la altura del gran triunfo que alcanzó en las urnas y en vez de querer imponer sus ideas partidistas, pueda proponer caminos de entendimiento para la nueva ley, que como sabemos, tendrá una vigencia de por lo menos 40 años.

En todo caso, de las tres constituciones que hemos tenido en los últimos 200 años, la de 1833, la de 1925 y la de 1980, esta es la única que tiene un origen y conformación verdaderamente democrática.

Esperemos que los consejeros lleguen a los mejores acuerdos y nos puedan entregar un texto que sea aceptado por la mayoría.

 

 

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