Carta al Ministro Paris: esta es la pésima noticia que no quisiéramos publicar 

Publicado el at 30/03/2021
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Estimado Ministro: 

Lo primero es felicitarlo por el récord de vacunas que tenemos en Chile, por el éxito en aplicarlas en forma ordenada y por ser ejemplo en América Latina. Chile, algún día, se lo agradecerá, nosotros queremos hacerlo ahora. 

El tema de mi carta es decirle que este diario ha estado siempre preocupado del hospital que tenemos hace 161 años y que abarca una zona muy extensa, que va desde Quillota a Los Vilos. También decirle que, como dice la historia, los dos hospitales que ha tenido para toda la zona y que han estado ubicados en Quillota, fueron creados por las peticiones de la comunidad, que después aportó a su crecimiento. 

A fin de año se terminan las obras del nuevo y grandioso Hospital Biprovincial, llamado a ser un gran centro de salud a nivel nacional. Cada vez que pasamos por la carretera sacamos pecho mirando lo inmenso que es y lo bonito que está quedando. Estamos orgullosos de contar con este gran aporte del Estado de Chile a nuestra zona. 

Pero le quiero hablar del viejo hospital, sobre el recinto que quedará vacío en diciembre de este año, cuando todo el personal de salud se traslade al nuevo hospital. Se ha dicho que Usted se lavará las manos y devolverá nuestro viejo y leal hospital al Ministerio de Bienes Nacionales. 

¿Sabe lo que pasará? 

Se lo cuento con esta noticia, que nunca señor Ministro, quisiéramos publicar. Imagínese el titular de “El Observador”. 

En apenas unos días vándalos destruyeron todo el viejo hospital 

“A horas de haber sido traspasado el antiguo Hospital de Quillota a Bienes Nacionales, quedó en el más completo abandono. A las seis de la tarde el funcionario que vino de Valparaíso a tomar el procedimiento se retiró. Ya en la noche comenzó el saqueo del recinto. Gente de todos lados, en vehículos y a pie, comenzaron a arrancar puertas y ventanas. Otros se encargaban del techo, de unas bancas y de los enchufes de las salas. La llegada de Carabineros no pudo impedir el saqueo, sin embargo, constataron que ya había al menos veinte personas, que en modo okupa, estaban en algunos lugares del hospital, como la antigua sala del Director, el primer quirófano y la sala de reuniones. Todos los muros habían sido rayados y se hacían dibujos afuera y adentro del recinto. A la entrada del hospital había fuego, en torno al cual, permanecía un grupo de quince personas. Desde el segundo piso había banderas chilenas y gente asomada a los marcos de las ventanas que gritaban. Todo era desolación al cabo de tres días de abandono. La ciudad ha perdido una vez más como la estación de ferrocarriles- un espacio patrimonial, unido al alma de la zona, ya que el centro de salud fue el lugar donde miles de personas se mejoraron y donde tantos otros empeoraron, un lugar sensible a las emociones, a la vida del nacimiento, a la muerte del final, al dolor de la enfermedad. 

Un lugar, señor Ministro, que merece respeto y que debe seguir funcionando para servir a la salud de las familias de toda esta extensa zona, especialmente para cuidar la vida de los más viejitos. 

Hágale caso al alcalde Mella, que lleva décadas dando ejemplos concretos y con excelentes resultados de lo que pueden hacer los municipios por la salud de las personas. Recíbalo luego y corte el queque señor Ministro: el hospital debe seguir sirviendo en tareas de salud. Se lo agradeceremos siempre, con placa con su nombre y todo. 

Le saluda con admiración por su gran obra al frente del Ministerio. 

Roberto Silva Bijit. 

 

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