Despiden a futbolista que falleció jugando en Villa Alemana

Publicado el at 03/05/2025
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Ulises Espinoza sufrió un paro cardio respiratorio mientras hacía lo que más amaba: jugar futbol defendiendo los colores del Club Baquedano

Eran cerca de las 18 horas del sábado 26 de abril cuando Ulises Espinoza retrató en una foto lo que sería el último momento imborrable junto a Alonso, el menor de sus tres hijos y quién seguía sus pasos en su mayor pasión, el fútbol.

Ese día Ulises ya había disputado un difícil partido del torneo laboral, defendiendo al  Club Alto Las Vegas, que visitaba a Deportivo La Capilla en la cancha de tierra de Quebrada Escobares. Habían perdido 4 a 0; pero eso no lo desanimó y cerca de las 18 horas llegó con su hijo menor hasta la cancha del Club Atlético Baquedano de Peñablanca, su casa deportiva por más de 20 años.

La última foto de Ulises junto su hijo, en la cancha del Club Baquedano.

Rápidamente se puso su camiseta número 6,  para disputar en el puesto de volante de contención, la final del Campeonato de Apertura, frente al club Hernán Trizzano. Habían transcurrido unos 25 minutos del encuentro, cuando sucedió lo impensado: Ulises cayó fulminado en la carpeta sintética, víctima de un paro cardio respiratorio.

“Mi hermano se sintió mal y se desvaneció en el piso. Trataron de darle primeros auxilios mientras venía la ambulancia, pero cuando llegó el personal paramédico, ya nada se podía hacer. A esa hora yo estaba en La Calera y cuando llegué a la cancha, el cuerpo de mi hermano estaba ahí tapado y así permaneció en la cancha hasta cerca delas 11:30 de la noche,  cuando se lo llevó el Servicio Médico Legal”, relató su hermano mayor Rafael, compañero del balompié de toda la vida.

HOMBRE DE FAMILIA

Ulises Espinosa Salinas nació el 23 de julio de 1970 en Viña del Mar. Llegó a Villa Alemana, cuando su padre, trabajador ferroviario,  se instaló en 1980 junto a su esposa y sus tres hijos varones en la población Rumié, en el norponiente de la comuna.

Continuó sus estudios en la Escuela F-436 de El Belloto y en el Liceo Comercial Alejandro Lubet de Quilpué. Pero a sus 18 años, la muerte de su padre lo llevó a trabajar para su sustento y estudiar de noche la carrera de Comercio Exterior, abriéndose paso hasta llegar a ser uno de los especialistas de la Agencia de Aduanas Ramos, donde trabajó en los últimos 30 años.

En el intertanto, se casó con su vecina Inés, con la que fue padre de tres hijos y donde llegó a ser el feliz abuelo de su pequeña nieta Lunita.

“Era un hombre ejemplar, un gran amigo, hijo, hermano padre y abuelo.  Estaba siempre pendiente de mi madre y de la familia. Nunca olvidaré que se preocupó de mi hijo mayor cuando por el Ejército fui destinado al sur de Chile y hoy tengo la responsabilidad de devolverle la mano y estar para su familia” detalla Rafael.

“JUGUITO DE PELOTA”

“Él tenía 10 años y yo 11. Había muchos niños en la población Rumié y la Villa Armat con los que comenzamos a jugar a la pelota. De ahí pasamos nuestra infancia y juventud en el club Alto Florida de Quilpué y ya mayores, nos cambiamos a Villa Alemana al Club  Bertone y finalmente al Club Atlético Baquedano, nuestra casa deportiva”, recuerda Rafael.

” Yo disfrutaba el fútbol, pero mi hermano era un ‘juguito de pelota’. Donde había un partido ahí estaba y así generó muchas amistades futboleras  que lo llevaron, aparte de defender al Baquedano, a participar en torneos de los portuarios, en laborales y en torneos inter empresas”, agrega.

MASIVO ADIÓS

Amistades forjadas por años, que de alguna u otra manera estuvieron presente en la despedida de Ulises tras la noticia de su repentino deceso y luego que su cuerpo llegara el domingo, para ser velado en la capilla San Francisco de Asís,  del sector Rumié.

Ahí se llevó a cabo la misa final y cerca de las 15:00 horas,  salió el cortejo fúnebre recorriendo parte de la población que lo acogió desde niño y continuó hasta llegar a las canchas del Club Baquedano.

Ahí lo esperaban sus amigos y socios del club, que brindaron un sentido homenaje en medio de pancartas y gritos futboleros y lo acompañaron hasta el cementerio Parque del Sendero de Villa Alemana, donde una multitud le brindó el último adiós.

“Como familia agradecemos el tremendo cariño y el respeto que incluso equipos rivales manifestaron tras la partida de mi hermano. Siempre escuchamos que los muertos son todos buenos, pero en el caso de Ulises, esto fue 100% real y así lo manifestó tanta gente con su cariño”,  puntualizó su hermano Rafael.

 

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