“En Santiago abren la llave y el agua corre. Aquí hay familias que no tienen para el consumo humano”

Publicado el at 11:07 am
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En entrevista en Observador Radio, Nelson Venegas, actual diputado que busca la reelección, destacó la importancia de conectar con la realidad de la gente para legislar

El diputado socialista Nelson Venegas no oculta su manera de hacer política: “Yo me siento un diputado alcalde”, repite una y otra vez. Fue jefe comunal de Calle Larga durante tres periodos y asegura que esa experiencia lo marcó de por vida. “Sé lo que significa golpear la puerta de un ministerio para conseguir un PMU, sé lo que cuesta levantar un proyecto FNDR. Ese lenguaje lo aprendí como alcalde y hoy lo aplico en mi rol de parlamentario”, afirma.
Esa impronta municipalista se traduce en una cercanía constante con los territorios. En La Calera, por ejemplo, gestionó más de 300 millones de pesos para mejorar la feria minorista: nuevas luminarias, cierre perimetral y un semáforo que por años fue pedido por los locatarios. En La Cruz, en tanto, acompañó a comités de vivienda en la compra de terrenos, permitiendo que decenas de familias den un paso decisivo hacia la casa propia. “Eso no es un discurso, ahí están los recursos y los avances concretos. Son hechos, no promesas”, remarca.

Agua: la urgencia que no se resuelve

Su mayor preocupación, sin embargo, está en el agua. Como presidente de la Comisión de Recursos Hídricos de la Cámara, Venegas acumuló una visión crítica: “Yo soy sumamente crítico respecto del manejo del recurso hídrico, no solo de este gobierno, sino de los anteriores. En Santiago abren la llave y el agua corre. Aquí hay familias que no tienen para el consumo humano”, denuncia.
El parlamentario advierte que Chile ha perdido demasiado tiempo en infraestructura. “El mundo ya no hace grandes embalses, hace medianos, más eficientes y menos invasivos. Aquí no tenemos proyectos de ese tipo, tampoco de desalación ni de reutilización de aguas servidas. Israel riega el desierto con aguas tratadas y nosotros seguimos discutiendo lo básico”, cuestiona.
A su juicio, el problema se agrava por un fenómeno silenciado: el robo de agua. “Hay quienes perforan napas y secan los entornos. Eso de que no era sequía, sino saqueo, es absolutamente real”, sostiene.

San Pedro: un conflicto que cruza la provincia

Ese diagnóstico lo lleva a tomar posición frente a proyectos que, asegura, ponen en riesgo los recursos hídricos. En Quillota, el debate por la ampliación de una planta de áridos en San Pedro lo tiene en la primera línea de la oposición. “Si ese proyecto se ejecuta como está planteado, va a contaminar la napa subterránea y terminar afectando todo el río Aconcagua hacia abajo. Es gravísimo”, advierte.
Venegas ingresó observaciones al Sistema de Evaluación Ambiental, sumándose a las de 16 servicios públicos que también objetaron la iniciativa. “Yo no estoy en contra del desarrollo económico, pero tiene que ser sustentable. No podemos seguir actuando como si no tuviéramos un problema de agua”, recalca.

Recuperar la credibilidad

En medio de su campaña por la reelección, el diputado reconoce que la política atraviesa un momento difícil. “Hay un gran desprestigio, lo entiendo. Pero también hay que ser claros: en democracia, los políticos los elige la gente. Si la gente elige mal, también es su responsabilidad. No todo es culpa de los políticos”, plantea.
Recuerda que en sus años de alcalde alcanzó un 85% de respaldo ciudadano. “Eso no se logra por casualidad, se logra con resultados. Y en el Congreso trato de actuar igual: puedo caer bien o mal, pero nadie puede decir que no conozco los temas”, afirma.

“A mí me gusta estar al lado de la gente”

Venegas se define como hiperactivo, una característica que arrastra desde la infancia. “Me echaron tres veces del colegio por hiperkinético”, confiesa entre risas. Esa energía, asegura, la vuelca en el trabajo territorial. “Yo no me imagino siendo un político de oficina. Me gusta estar en terreno, escuchar y tratar de dar soluciones”, comenta.
Ese estilo directo lo lleva a insistir en un mensaje que repite a sus electores: decir la verdad, aunque no sea lo que quieren escuchar. “Prefiero no prometer lo que no puedo cumplir. Eso también es hacer política: mirar a la gente a los ojos y ser honesto. Creo que ahí empieza a recuperarse la credibilidad”, señala.

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