Hay que saber escuchar a las familias de Quilpué

Publicado el at 5:39 pm
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Roberto Silva Bijit

Lo que pasó el domingo en varias comunas de Chile es un hito histórico, que marca lo que debiera venir en nuestra historia republicana. Más allá de las derechas y las izquierdas, mucho más allá de lo que se les ocurra a los políticos, hemos escuchado la voz serena de la gente, el sentido común en votación, para entender lo que nos está pasando, para entrar a las casas de miles de familias y escuchar sus respuestas.

La consulta ciudadana dice que las familias quieren cuidar a sus hijos, las familias quieren firmar un compromiso de actuar con ellos, las familias saben que el alcohol está matando a los jóvenes, las familias quieren que las botillerías tengan un horario para que no estén abiertas toda la noche alimentando vicios, robos, peleas, asaltos y desórdenes en todo el entorno de la botillería. En la noche es muy corto el camino que lleva desde el alcohol a la droga.

Adentro de la botillería, tras las firmes rejas de fierro que han puesto para defenderse de los que van a comprarles, ellos viven en carne propia el susto que hacen pasar a los vecinos con sus clientes.

Votaron en Quilpué más de 21.000 ciudadanos, de los cuales 18.089 dijeron que querían restringir el horario de sus hijos menores de edad. Solamente 2.220 personas se opusieron a la restricción.

La encuesta ciudadana determinó que cerca de 12.000 habitantes de Quilpué votaron a favor de que la restricción a menores de 12 años se mantuviera a contar de las 21 horas, en tanto que para los niños entre 13 y 16 años la restricción debería ser hasta las 23 horas. Más de 15.000 votaron a favor de que se restrinja el horario de las botillerías.

Creemos que el alcalde de Quilpué, Mauricio Villambres está haciendo historia con este plebiscito ciudadano donde la gente responde cosas importantes de su vida, no sobre el artículo 8 de la Constitución o sobre el número ya gigantesco de parlamentarios en el Congreso, sino sobre temas que afectan diariamente su vida. Esta forma directa y familiar de hacer democracia nos lleva a entender lo que quiere la gente, justamente lo contrario de lo que hacen los políticos, que una vez electos se olvidan de preguntarles a sus electores qué quieren para que ellos puedan legislar tomando en cuenta sus opiniones.

Creemos que el alcalde Mauricio Villambres ha reforzado públicamente una de sus ideas fuerza: que el municipio es la base de todo cambio, que lo que llama “la revolución de los municipios” consiste efectivamente en darle poder a la gente de las comunas, contra la imposición que viene del poder central en Santiago, agregando que también hay otro poder encubierto, que proviene de la capital de la región en perjuicio de las comunas.

La buena noticia es que en esta consulta la gente votó por cuidar a los niños, votó por reafirmar el peligro de la noche actual, votó porque las botillerías no pueden tener más horas de atención que las farmacias, votó por vivir en paz. Y ese voto del 82% aprobando las propuestas de protección se repitió en las demás comunas en que se hizo la consulta: Las Condes, Lo Barnechea, Peñalolén, La Florida, La Reina y Antofagasta.

La mala noticia es que frente a un tema tan importante, la participación sea tan baja. Sobre un millón de votantes que debieran haber emitido su opinión el domingo, solo cerca del 9% fue a votar, a pesar que también estaba la opción del voto electrónico. La consulta es un gran paso en la madurez de nuestra democracia. No pueden ni los gobiernos ni los legisladores seguir actuando sin escuchar a la gente.

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