MI BUENA NOTICIA: Superó antiguos maltratos y comenzó una vida nueva

Publicado el at 14/09/2018
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Fabiola Miranda Tapia huyó del maltrato que recibía de su pareja y logró educar a sus hijos y tener su casa

OLMUÉ.- Fabiola Miranda Tapia tenía solo 16 años cuando quedó embarazada. Por eso, se fue a vivir con el padre del bebé -26 años mayor que ella-, con quien terminó teniendo dos hijos, una mujer y un hombre. Pero la convivencia con su pareja se fue deteriorando en el tiempo y ella comenzó a sentir que la violencia sicológica y verbal que él ejercía contra ella la afectaba profundamente. Y temía por sus hijos.

Esta mujer de actuales 42 años nunca había trabajado. “Él no me dejaba trabajar”, cuenta.

La relación seguía deteriorándose hasta que cierto día Fabiola recibió una paliza que terminó con ella constatando lesiones en el hospital y denunciándolo ante la Justicia. Tenía 28 años, dos hijos y nunca había trabajado.

Pero tuvo la claridad suficiente para darse cuenta del peligro que corría si no cambiaba su vida y por eso decidió abandonar a este hombre, se fue con sus hijos a la casa de su mamá y por primera vez en su vida salió a buscar trabajo.

“Yo apechugaba sola con mis hijos, mi mamá me ayudaba a verlos mientras yo llegaba del trabajo en cosechas. Después me salió un trabajo para Polpaico y allá conocí a un hombre con el que me fui a vivir”, recuerda.

Así Fabiola rehízo su vida con su nueva pareja, con quien forjó un hogar para sus hijos y llevó una buena relación. “Era un buen hombre, pero un día le vi unos mensajitos de otra persona y ahí la cosa se acabó”.

Asi fue como hace tres años Fabiola volvió a Los Bellotos de La Vega en Olmué, con sus hijos y continuó trabajando en las labores del campo, para darles las mejores oportunidades.

De este modo logró que su hija estudiara Alimentación y su hijo cursa estudios de Mecánica. Pero además, ella ahorró dinero suficiente para poder comprarse su casita, la cual instaló en un terreno que le cedió su mamá.

“Yo decidí seguir mi vida sola, compré mi casa y la armé en el terreno de mi mamá y sigo luchando todos los días. Ahora parto a trabajar al Valle del Elqui hasta diciembre y esa plata es solo para ahorro porque allá me dan alimentación y alojamiento. Así he salido adelante, tengo mis imposiciones también. Yo les diría a otras mujeres que también son maltratadas que se decidan a separarse y no sigan, a veces uno lo hace por los hijos, pero con el tiempo ellos lo agradecen, entonces aunque es difícil para una mujer salir adelante, sí se puede, con uno, dos, tres o cuatro hijos. Yo me siento muy orgullosa de mi misma y de mis hijos, porque son muy buenas personas y les he dado buenos valores”.

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