Ojo por ojo y todo el mundo quedará ciego

Publicado el at 10:12 am
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En menos de un mes dos casos remecieron a la comunidad calerana. Dos familias completas fueron puestas tras las rejas luego de que, tras ser víctimas de sendos delitos, tomaron la justicia por sus propias manos y pasaron a ser victimarios.

Milena Rojas Ahumada
Periodista

Primero, una familia compuesta por nueve personas se llevó a un menor que había robado el celular de uno de sus hijos. Lo golpearon y amenazaron hasta que la policía los encontró. Entre los imputados está una joven que cursa segundo año de Derecho en la Universidad Católica, un estudiante de ingeniería y un joven que estudiaba mecánica.

En el segundo caso, una familia de El Melón que vendía nueces fue estafada con 300 kilos y el hombre sindicado por ellos como uno de los autores de la estafa, fue detenido y puesto en libertad por falta de pruebas. Cegados por la indignación llegaron hasta el negocio del sujeto, donde rompieron las vitrinas, lo golpearon, amenazaron y arrastraron hasta un auto, manteniéndolo retenido por casi tres horas. A causa de esto, seis involucrados en el hecho quedaron en prisión preventiva, formalizados por secuestro y agresión. Entre ellos, un matrimonio con un hijo de 11 años, quien debió quedar al cuidado de su abuela.

Al reportear en tribunales pude apreciar que los imputados pertenecen a buenas familias, trabajadoras y honestas, que se vieron sobrepasadas ante la delincuencia y decidieron hacer justicia por sí mismas. Pero no se trata de algo tan simple, pues hoy estas personas enfrentan un oscuro e incierto destino legal y penal.

Se trata de un fenómeno no tan difícil de entender, la gente está decepcionada, angustiada y asustada y responde violentamente por miedo y ante la incapacidad de las autoridades que no les ofrecen solución, pues la legislación es deficiente y la justicia es muchas veces débil. Además, el Estado mantiene una reforma procesal penal garantista que parece no funcionar.

Sin embargo, todo esto no justifica ni elimina el delito que cometieron. Hay un punto que debiéramos tener en cuenta y es que no se puede combatir la violencia con más violencia, no se puede hacer justicia a un delito cometiendo otro, pues se trata de algo sumamente grave y en lo cual la ley es determinante.

Ojalá estas personas puedan volver a retomar su vida en algún momento y no vuelvan a intentar hacer justicia de esta manera ya que, como bien dijo el político y pensador indio Mahatma Ghandi, “Ojo por ojo y todo el mundo acabará ciego”.

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