Prevención del suicidio: mitos y verdades

Publicado el at 9:40 pm
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Juan Pablo Vicencio C.

Psicólogo Clínico y supervisor

Asesor de programas de salud Mental

Preocupado por el alto número de intentos de suicidio y suicidios consumados -de adolescentes y adultos jóvenes- que me ha tocado atender en el ámbito público y privado en los últimos años en Quillota, me parece importante que todos conozcamos los mitos y verdades acerca del suicidio, para así ayudar a su prevención.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Minsal estos son algunos de los conceptos erróneos que giran en torno al tema.

Mito (falso): quienes hablan del suicidio, no se matan.

Criterio Científico: quienes hablan de suicidio pueden estar pidiendo ayuda o apoyo. Un número importante de personas que contemplan el suicidio presentan ansiedad, depresión y pueden considerar que no tienen otra opción más que morir. El que se suicidó expresó con palabras, amenazas, gestos o cambios de conducta lo que le ocurría.

Mito (falso): en la mayoría de los suicidios no hay advertencia.

Criterio Científico: la mayoría de los suicidios han sido precedidos por signos de advertencia verbal o conductual. De cada diez personas que se suicidan, nueve dijeron claramente sus propósitos, y la otra dejó notar sus intenciones de terminar con su vida.

De todos modos, algunos suicidios se cometen sin aviso previo, pero es importante conocer los signos de advertencia y estar atentos.

Mito (falso): el suicida está decidido a morir.

Criterio Científico: por el contrario, los suicidas suelen ser ambivalentes acerca de la vida o la muerte. Alguien puede actuar impulsivamente al beber plaguicidas, por ejemplo, y morir unos pocos días después, aunque hubiera preferido seguir viviendo. Contar con apoyo emocional en el momento oportuno puede prevenir el suicidio.

Mito (falso): suicida una vez, suicida para siempre.

Criterio Científico: el mayor riesgo de suicidio suele ser de corto plazo y específico según la situación, aunque los pensamientos suicidas pueden regresar. Estos no son permanentes, y quien haya tenido ideas e intentos suicidas puede llevar después una larga vida.

Mito (falso): solo aquellos que tienen un trastorno mental se suicidan.

Criterio Científico: la conducta suicida indica una infelicidad profunda, pero no necesariamente un trastorno mental. Muchas personas que viven con trastornos mentales no son afectadas por el comportamiento suicida, y no todas las personas que se quitan la vida tienen un trastorno mental.

Mito (falso): hablar del suicidio puede estimular a alguien para que lo haga.

Criterio Científico: dado el estigma generalizado respecto del suicidio, la mayoría de las personas que vislumbran el suicidio no saben con quién hablar. En lugar de fomentar el comportamiento suicida, hablar abiertamente puede dar a una persona otras opciones o tiempo para reflexionar sobre su decisión, previniendo así el suicidio.

Mito (falso): la inclinación al suicidio se hereda.

Criterio Científico: no está demostrado que el suicidio se herede, aunque pueden encontrarse varios miembros de una misma familia que hayan terminado su vida por suicidio. Lo heredado puede ser la predisposición a una enfermedad mental como esquizofrenia o trastornos afectivos, entre otros.

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