“Una vez que esté consolidada la vacunación contra el Covid, esto va a generar mucho desarrollo”

Publicado el at 12:35 pm
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Marcelo Garrido Lazo, vicepresidente ejecutivo de La Cruz Inmobiliaria, ejemplifica con lo que sucede después de los terremotos, para proyectar lo que pasará con la industria posterior a la crisis sanitaria

EO INMOBILIARIO.- La situación actual de inversiones en la mayoría de los sectores productivos sigue siendo compleja en la región, a un año del inicio de la pandemia. Las empresas han innovado en estrategias para mantenerse vivas y la industria inmobiliaria es una de ellas, sabiendo que se mantiene una baja demanda por viviendas y calidad de vida, dos elementos que cobran más vigor, cuando hemos estado por tanto tiempo haciendo nuestra vida dentro de casa.

El vicepresidente ejecutivo de La Cruz Inmobiliaria, Marcelo Garrido Lazo, conversó sobre este tema con “El Observador”, explicando cómo ha sido desempeñarse en medio de una crisis sanitaria, los impactos de la misma y cómo vislumbran el escenario futuro del desarrollo inmobiliario en la región.

– ¿Cómo ha enfrentado La Cruz Inmobiliaria esta situación?

“Más allá de indicadores económicos, los desafíos de la empresa o los resultados, lo más importante es la salud. Nos hemos preocupado mucho de respetar los momentos que han sucedido en esta pandemia. Cuando partió esto, decidimos cerrar y enviar a sus casas a los cerca de mil trabajadores que tiene la empresa. Queríamos garantizar su tranquilidad, sobre todo, desde lo emocional”.

– ¿Qué medidas han adoptado para cumplir con este principio, pero mantenerse en operaciones?

“Hemos hecho los protocolos, como dice la autoridad y como creemos que debe ser. Nuestras medidas son fuertes y estamos preocupados que todo funcione bien, por lo que en un año que va de pandemia, hemos tenido solamente 15 contagios, entre las 13 obras en funcionamiento. Otra cosa es que no hemos desvinculado a nadie de sus labores. Solamente, cuando hemos tenido que parar las obras. Cuando se retoma la construcción, se recontratan. Además, no le bajamos las remuneraciones a ningún trabajador. Entonces, hemos sobrevivido a costa de mucho esfuerzo”.

“Es muy difícil ser empresario hoy, porque son muchas las barreras que se han agregado y los tiempos de espera son mayores a lo que teníamos antes. Sin embargo, nosotros queremos desarrollar una empresa con buenas prácticas”.

– Hay harta preocupación por lo compleja que ha sido esta segunda ola. ¿Cómo se maneja eso en el día a día de una empresa que debe manejar tantos trabajadores?

“O sea, cuando partió esto, nosotros hacíamos entre 1.000 a 1.200 viviendas al año y teníamos más de mil trabajadores contratados, a quienes hemos mantenido en sus puestos, por lo que la empresa está funcionando bien. Gracias a las medidas sanitarias, el porcentaje de trabajadores que llega a las obras a diario es del 90 o 95%. La gente cree en nuestros procesos, en los procedimientos, quiere trabajar, le gusta la empresa, son comprometidos. Entonces, eso nos tiene muy felices, porque el tratamiento que hemos hecho como empresa, para atender 12 o 13 obras que están en construcción, nos ha permitido seguir con nuestros proyectos en San Esteban, San Felipe, Llay Llay, La Calera, Quillota, La Cruz, Villa Alemana, Quilpué, Viña del Mar, Valparaíso, Puente Alto, Requínoa, Rengo, San Vicente de Tagua Tagua y San Fernando”.

– ¿Cómo ha afectado al rubro inmobiliario este escenario, en insumos, tiempos, trámites?

“Todo ha cambiado. Todo es más lento. Uno va a hacer un trámite a una municipalidad y no hay trabajadores, porque están en sus casas y, así, con varios de los servicios públicos y privados. En la parte de administración, todo se extendió por mucho más tiempo que lo que debiera ser. Lo que nos ha generado retrasos de unos tres meses, en promedio, en las entregas. Por otro lado, el tema de los materiales. Hoy día se generó un boom, porque -supuestamente- se iban a solucionar los temas y los materiales subieron su precio, aumentó la escasez y tuvieron que traer materiales de otros lados, para poder funcionar. Entonces, éste es un mercado y una actividad muy intensa, porque depende de los bancos, de instituciones públicas y privadas. Es muy difícil ser empresario hoy, porque son muchas las barreras que se han agregado y los tiempos de espera son mayores a lo que teníamos antes. Sin embargo, nosotros queremos desarrollar una empresa con buenas prácticas. No tenemos problemas con proveedores, subcontratistas, ni trabajadores. Por eso somos respetados en el rubro”.

– Y, dado este escenario, ¿cómo proyectan el repunte de la actividad, post pandemia?

“Esto es como cuando pasan las Guerras Mundiales o los terremotos. Termina la guerra y empieza el desarrollo nuevamente, en una explosión de hacer cosas. Lo que va a pasar, una vez que esté bien consolidado el tema de las vacunas, es que el mundo va a ir para arriba, de una manera impresionante y esto va a generar mucho desarrollo”.

– Y a propósito de ese desarrollo del que habla, ¿cómo se garantiza un desarrollo sustentable del rubro, que respete las comunidades y el medio ambiente?

“Creo que siempre hay que aportar un poco más allá. No hay que ser egoístas. Como seres humanos, tenemos un momento de vida que dura 70 u 80 años, por lo que tenemos que hacer las cosas bien. Por un lado, respetar lo que dicen las normativas vigentes, respecto del cuidado de los entornos, pero también ir un poco más allá. Nosotros tenemos una mentalidad corporativa que se basa en el concepto de la buena vida, con que la gente sea feliz. Entendemos el mundo como debiera ser, no como es. Por eso, trabajamos con una actitud positiva y respetuosa, con la gente y con el medio ambiente”.

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