Cómo evitar daños tras exposición prolongada a ruidos en manifestaciones

Publicado el at 19/12/2019
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Existen protectores auditivos que atenúan el ruido entre 30 y 40 decibeles, y permiten seguir escuchando lo que ocurre alrededor

La pérdida auditiva por exposición a ruido corresponde a un problema de salud pública y ocupacional. Entre los años 1995 y 2004, las consultas por hipoacusia sensorioneural asociada a exposición a ruido aumentaron de 120 a 250 millones a nivel mundial. Es obligatorio el uso de protectores auditivos en todos los puestos de trabajo o lugares en los que se sobrepasen los 85 dB en una jornada de 8 horas o lugares en que se presenten picos de ruido superiores a 137 dB.

La Sociedad Chilena de Audiología dio a conocer hace algunas semanas, un nuevo caso de afección auditiva. Se trata de la porteña de 22 años, Mickaella Villavicencio, quien de acuerdo a lo señalado por la organización, “sufrió el impacto de una lacrimógena en su cabeza, que la tiene actualmente en reposo con síntomas de pérdida auditiva y vértigo”.

Por lo anterior, “El Observador” conversó con los tecnólogos médicos con especialidad en otorrinolaringología y administradores en SonantisPaola Varas Moreno y Felipe Varas Moreno, sobre la importancia de poner atención a ciertas señales si estas se mantienen por más de 24 horas después de finalizado el o los eventos de exposición sonora.

Dichas señales son:

  • Sensación de oído tapado.
  • Sensación de tener un ruido/ zumbido constante en alguno de los oídos.
  • Percibir la voz de otras personas de manera distorsionada
  • Excesiva molestia a los sonidos del ambiente de un momento a otro.
  • En caso de presentar alguno de estos síntomas debe acudir a un médico otorrinolaringólogo.
  • Si los síntomas implican sensación de mareos/ vértigo/ nauseas después de haberse expuesto a un sonido de gran intensidad, sangramiento o dolor intenso de oídos se sugiere acudir al servicio de urgencias.

– ¿De qué manera puede afectar a una persona el sonido reiterado que produce Carabineros al lanzar bombas lacrimógenas? 

Para responder esta pregunta hay que considerar los distintos factores que podrían provocar un daño auditivo por exposición a ruido (hipoacusia):

  • El tiempo de exposición al sonido,
  • La distancia entre el sujeto expuesto y la fuente sonora,
  • El nivel de intensidad del sonido,
  • Las características del espacio donde el artefacto es utilizado (no es lo mismo un espacio abierto que un espacio cerrado) y
  • Las características individuales que pudieses generar susceptibilidad en cada persona.

Todos estos factores son importantes para establecer un riesgo caso a caso. Sin embargo, a grandes rasgos podríamos decir que a dos meses de iniciadas las manifestaciones, existen principalmente dos grupos de riesgo en cuanto a un posible daño auditivo. El primero, corresponde a las personas que han estado asistiendo a las movilizaciones y se han expuesto al ruido de los artefactos explosivos de manera reiterada. El segundo, quienes realizan sus actividades cotidianas alrededor de los lugares donde ocurren enfrentamientos de Carabineros con civiles, por ejemplo, las personas que viven en Valparaíso cerca de Parque Italia, Plaza Victoria o Plaza Anibal Pinto. Puede haber daño auditivo si hay exposición prolongada a un sonido de mediana intensidad (cacerolazos) o bien a un sonido de corta duración pero de gran intensidad (explosión, disparos).

Ahora, esto no es una fórmula matemática como todo en la salud, siempre influye la susceptibilidad individual y eso es muy difícil de medir con máquinas. De todas maneras, lo que se recomienda en estos casos es reposo auditivo, no exponerse durante tanto rato a sonidos altos y/o utilización de tapones auditivos.

En el caso de las personas que viven en los alrededores hay que considerar también la carga emocional que los sonidos significan. Por ejemplo, las sirenas de ambulancias, de Carabineros, el sonido de los artefactos explosivos. Todo eso aumenta los niveles de estrés ya que nuestro cerebro codifica esos sonidos y les da un significado, en este caso aumenta los niveles de estrés y eso sostenido en el tiempo tiene otras implicancias.

– ¿Qué efectos tiene el inhalar de manera constante los químicos del carro lanza gases?

Hay distintos estudios que se han dedicado a detallar los síntomas que puede producir inhalar un gas lacrimógeno. Entre ellos podemos nombrar:

  • Irritación de nariz (rinorrea, secreción profusa, congestión nasal)
  • Irritación de la vía aérea superior y pulmones. Esto es relevante en pacientes asmáticos o con enfermedades pulmonares crónicas.
  • Si es inhalado en espacios cerrados puede generar dolor de garganta, tos, broncoespasmos, neumonía y apnea.
  • Picor y ardor en los ojos y boca.

Es importante saber que los gases inhalados pueden tener efectos hasta días después de ser utilizados.

– ¿Podrían describir los posibles daños que puede originar el recibir de manera directa en los oídos y/o nariz un chorro del carro lanza agua? 

De partida un chorro del carro lanza aguas podría lesionar gravemente a una persona. En esos casos no sería extraño encontrar una fractura nasal, sangrado profuso de nariz, perforación de tímpanos a incluso una fractura en los huesos del peñasco (que se ubican cerca de los oídos). Y ya ahí entramos en un abanico más grande de posibilidades porque una lesión de esos huesos podría provocar trastornos auditivos de moderados a severos, además de trastornos del equilibrio que van desde mareos hasta crisis de vértigo.

En general los trastornos de equilibrio también se dan cuando tenemos daños de nuestras extremidades y de nuestra visión, lo cual ha sido lamentablemente muy frecuente el último tiempo. Esto puede causar mareos, perdida de estabilidad, sensación de giro. Y si sumamos los riesgos de recibir el chorro lanza aguas podríamos estar hablando de personas con una calidad de vida bastante afectada.

– Considerando que los niveles y cuidados auditivos son diferentes ¿cuáles son las posibles repercusiones para niños, adultos y personas de la tercera edad o mayores ante estas situaciones?

Hay que tener en cuenta que cada persona es distinta. Podemos estar hablando de un niño de 4 años, que no es lo mismo que un niño de 7, ni otro niño de 4 años con pérdida auditiva previa. Lo mismo sucede con adultos mayores. Sin embargo, claro está que nadie quisiera perder la audición porque es un sentido que nos permite desenvolvernos en distintos espacios.

La recomendación es no dejar de asistir a actividades de movilización, pero hacerlo consciente y con cuidado del cuerpo, no solo en cuanto a salud auditiva. Es importante que nos cuidemos y seamos responsables de nosotros y de quien tenemos al lado y sepamos cuando nuestro cuerpo requiere un reposo, puede ser auditivo, emocional o de otro tipo. Si se tiene hijos, saber a qué se les expone para saber cómo protegerlos.

– ¿Existe alguna manera de proteger nuestros oídos y nariz ante las situaciones descritas?

Existen mascarillas y máscaras anti gases para proteger la nariz y la vía aérea superior durante las manifestaciones. Para el cuidado de la audición, existen varios tipos de protectores auditivos que son equipos de resguardo individual que gracias a sus propiedades para la atenuación de sonido, reducen los efectos del ruido en la audición, para evitar así un daño en el oído. Una opción recomendada es la marca 3M de material silicona, PVC hipoalergénico o de espuma. Ellos atenúan el ruido entre 30 y 40 decibeles, pero permiten seguir escuchando lo que ocurre alrededor.

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