Por Roberto Silva Bijit
Fundador Diario “El Observador”
La respuesta es fácil.
Nosotros somos los que hacemos nuevo el año, no el calendario. Nosotros somos los que construimos el cambio interior para sentir que este que comenzará el domingo, sea en verdad un año completamente nuevo.
Nuevo en el sentido de diferente porque, aunque somos los mismos, nos podemos reinventar para evitar que aquellos problemas que nos dejaron pegados el año pasado, los que no pudimos vencer, dejen de ser un obstáculo y pasen a ser una oportunidad para demostrar todo lo que somos capaces de hacer.
Como le decía su mamá a un hijo muy querido de ella, cada mañana al despertarlo: “Levántate y lúcete”.
Una frase repleta de aliento y ganas, una frase para el bronce de los cariños y las confianzas entre los seres humanos. Es que saber que hay quienes creen en nosotros es una fortaleza muy grande para seguir avanzando.
Los propósitos para el nuevo año, así como las decisiones para renovar actitudes y posiciones son la señal para que nos vaya bien.
Para hacer propósitos no hay como una hoja en blanco, lista para descargar las ideas que más nos apuran, aquellos temas en los que este 2023 queremos aplicarnos para lograr mejores resultados.
Estoy convencido que los buenos propósitos pueden cambiar nuestras acciones, llevándonos no por cualquier camino, sino por el que nosotros elijamos. Somos los únicos dueños y conductores de nuestro destino. Es cierto que hay factores ambientales y uno de los más importantes que tenemos por delante es la incertidumbre sobre el futuro político y económico del país.
Esa es la palabra precisa: incertidumbre. Todos los pronósticos económicos no son buenos, la inflación y la disminución del valor del dinero sigue creciendo. A todo esto hay que agregar un peligroso factor de inseguridad que nos hace mucho daño y que hace muy difícil vivir la vida como la vivíamos antes.
Ese tipo de cosas no está en nuestras manos. No tenemos cómo controlarlo. La delincuencia y las drogas han ido lentamente inundando nuestros espacios y tenemos muy poco que hacer para frenarlas.
Lo mismo que con el crecimiento de los homicidios y la nueva forma de cometer delitos, muchos de los cuales, como lo prueban las estadísticas, provienen de inmigrantes extranjeros.
El ecosistema político esta inestable.
Escriben acuerdos y después los desacuerdan. Lo que viene es cerrar de una vez el tema constitucional, para que no nos siga molestando en el futuro, con elecciones y comisiones de expertos. Mientras antes mejor. Es como sacarnos un problema que arrastramos y que debe tener una solución eficiente. No podemos seguir pegados en un solo tema cuando hay tantos otros tan urgentes para mejorar nuestra calidad de vida.
Este domingo se acaba el ciclo anual, se termina el 2022, y estaremos celebrando lo que finaliza y deseándonos éxito para lo que comienza.
¡Fuerza para cumplir nuestros propósitos!
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