Camila Córdova, Zayen Muñoz y Karin Muñoz cuentan a Reportaje PM de Observador.cl cómo se han abierto camino en el mundo de la minería y motivan a otras mujeres para que se hagan parte de este nuevo escenario
Cada 10 de agosto, se conmemora el Día del Minero y la Minera, fecha que coincide con la celebración de su patrono, San Lorenzo.
Esta instancia, que representa a una de las actividades económicas más importantes para Chile, hoy en día nos lleva reflexionar sobre un punto primordial respecto a la equidad de género en las oportunidades laborales: la participación femenina en el sector minero.
Históricamente, por muchos años el mundo de la minería estuvo asociado al hombre, hecho que incluso gozó de un amparo legal.
Basta con recordar que recién el año 1996 se abolió la ley 18.620, que prohibía el ingreso de las mujeres a las faenas mineras para ejercer labores subterráneas.
Según el informe “Mujer minera: datos, complejidades laborales y propuestas de mejora”, elaborado el año 2021 por Guido Williams, en términos de fuerza laboral se calcula que la minería emplea 213.950 personas. De estas personas, 193.480 son hombres y tan solo 20.470 son mujeres, representando el 11,70% del motor laboral de la industria.
Si bien aún es una cifra bastante baja, presenta una mejora respecto al año 2019 donde la presencia era de 8,4% y un contraste más marcado en comparación con el 2011, con un 6.3%.
Sin embargo, pese al cambio, el desafío por delante es enorme. Bajo ese lineamiento, la Mesa Nacional Mujer y Minería tiene el objetivo de aumentar la participación femenina un 30% para el 2050, con una ocupación de un 25% en altos cargos.
En este contexto, el Observador.cl habló con tres mujeres mineras que hoy en día están desarrollando una labor sin precedentes en la industria. Derribando todo estereotipo de género y dejando en claro que este no es un trabajo exclusivo del hombre.
Camila Córdova, operadora de Planta, Cerro Negro: “Quiero ser minera y eso seré”
Camila Córdova Vilches tiene 23 años y es la primera mujer en ser operaria de Planta –específicamente en molinera- de la mina Cerro Negro, ubicada en Cabildo.
Para ella, el gusto por la minería es algo que lleva en la sangre, puesto que su padre es minero hace ya 25 años; y de hecho, hoy en día son compañeros de trabajo.
“Mi papá hace muchos años, cuando estaba chica me dijo: ‘Vas a tener suerte y vas a hacer muchas cosas en la vida, lograrás grandes cosas’. Y cabe la casualidad de que ahora estoy consiguiendo todo eso que él me dijo como una bendición”, expresó Camila.
Primero estudió técnico nivel medio en metalúrgica extractiva, para posteriormente cursar técnico nivel superior en operaciones mineras. A lo largo de su trayectoria, la joven ha tenido que superar distintos estereotipos de género vinculados a la industria.
“Cuando llegó la oportunidad de escoger, dije ‘quiero ser minera’, quiero ese desafío y lo voy a hacer. Mucha gente descalificó eso, porque me decían que la mujer tiene que ser más femenina, tener un puesto más delicado. Pero yo dije, ‘quiero ser minera y lo voy a ser’, así que fue mi meta”, rememora.
Pese a los comentarios, siguió adelante y encontró en Cerro Negro un lugar donde la inclusión ha ido avanzando a grandes pasos. Aunque, quedan desafíos en los que seguir trabajando.
“Aquí tenemos una gran cifra de mujeres, pero la mayoría está en puestos administrativos, o control de calidad que es un área específicamente para mujeres. Pero en mi puesto solo hay una; y ésa es la cifra que queremos mejorar: la incorporación aún más a los mismos puestos que ocupo, que es operaria de Planta”, señala.
Camila Córdova finaliza diciendo que lo más importante en su trabajo es “que soy la primera mujer en la empresa en romper una barrera, estoy dejando un camino súper lindo, porque acá ellos me han entendido como mujer y yo a ellos como hombres, entonces esas cosas son impagables. Y lo digo con mucha emoción porque es una experiencia para la vida.”
Zayen Muñoz, Gestión y Control, CEMIN: “Me propuse romper esquemas”
“Hay machismo, pero cada vez menos. Bueno, yo sabía en lo que me metía y me propuse romper esquemas”, parte contando Zayen Muñoz Celis, ingeniera en minas de CEMIN, de San Felipe, lugar en donde trabaja en Gestión y Control.
La profesional explicó que hoy en día la sociedad está cambiando, lo que involucra también una transformación cultural a fin de apoyar la integración laboral en temas de igualdad de género.
“En particular me siento afortunada de poder vivir en este periodo de la historia donde está la oportunidad de demostrar que la igualdad de género es posible, ya que esto 50 años atrás era inimaginable”.
Como reflexión final, Muñoz afirmó que las mujeres no son “tan solo un número para cumplir estadísticas o llenar posiciones en un lugar de trabajo, podemos colaborar, liderar y tomar decisiones junto al género masculino.”
Karin Muñoz, Superintendente de Planificación, CEMIN: “Hemos forjado cimientos robustos”
A sus 35 años, Karin Muñoz Silva ha pasado por distintos áreas de trabajo en minería, lo cual la ha llevado desarrollar una gran carrera profesional. En su tiempo de servicio, ha visto cómo ha cambiado la industria minera a favor de la participación femenina.
“Hoy tengo un cargo estratégico en la empresa, debo ver el negocio y sacar la máxima capacidad a él, con un equipo que se tuvo que armar prácticamente de cero. Tengo el desafío de ampliar mis competencias, porque mi desarrollo siempre había sido en planta y ahora debo ver la estructura de la mina”, comenta Karin, quien hoy ocupa el cargo más alto en Operaciones, al ser Superintendenta de Planificación en CEMIN.
“En un comienzo sentías que tenías que validarte todo el tiempo. No era solamente que hicieras las cosas, sino que además tenías que demostrar que lo habías hecho, porque estábamos pseudo incapaces para poder realizar estas actividades más duras como es la minería. Pero con el tiempo ha ido cambiando la visión de lo que podemos hacer las mujeres y demostrando que podemos cumplir más allá de los roles del hogar”, dice la profesional.
Para alentar a otras mujeres de insertarse en este rubro, enfatizó que “siempre siguen habiendo oportunidades de crecimiento en este ámbito, pero creo que ahora también nos toca a nosotras, de creer que podemos”.
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