Pesar por muerte de querido auxiliar de la UPLA campus San Felipe

Publicado el at 10:40 am
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Luis Araya Díaz era conocido por su carisma y dedicación

SAN FELIPE.- Aún se pueden ver las muestras de cariño hacia Luis Araya Díaz, el querido “Tío Luchito,” como le llamaban los estudiantes del campus San Felipe de la Universidad de Playa Ancha. En ese lugar trabajó por diez años como auxiliar de servicios generales, ganándose el cariño de la comunidad educativa.

Un diagnóstico de cirrosis hepática, detectada hace algunos años, le trajo serias complicaciones, las que se agudizaron el pasado 30 de diciembre cuando comenzó a sufrir intensos dolores.

Finalmente, el pasado martes un paro cardiaco le arrebató la vida a los 56 años, dejando un grato recuerdo en la UPLA y en el Obispado de San Felipe, ya que trabajó en la Casa Pastoral -ubicada en Cajales 54, durante 12 años.

“Muy querido por sus colegas y sobre todo por los estudiantes, ya que siempre fue atento, cordial y respetuoso. Los alumnos lo recordamos como el tío que siempre subía el ánimo a los compañeros cuando iban frustrados, cansados o desanimados”, comenta Juan Sepúlveda, estudiante de la carrera Pedagogía en Historia de la UPLA.

El velorio de Luis Araya se realizó en la casa de su madre, en la Población Aconcagua, mientras que la misa para darle un último adiós se realizó en la Capilla Cristo Resucitado. En tanto, el pasado jueves se realizaron sus funerales a las 11 horas, para luego trasladarlo al Cementerio Municipal.

“La comunidad universitaria lamenta mucho la partida de Luis Araya, funcionario ejemplar en su trato con los demás. Se ganó el cariño de todos los estudiantes, profesores y compañeros de trabajo”, agregó el estudiante universitario, quien guarda los mejores recuerdos del “Tío Luchito”.

SENTIDAS PALABRAS

Patricio Ibáñez León, vicerrector del Campus San Felipe de la Universidad de Playa Ancha, se unió a las muchas sentidas palabras por la muerte de Luis Araya, señalando que “era una persona muy querida y muy respetada por sus colegas, administrativos, académicos y estudiantes. Fue muy caballero y respetuoso con todos. Pero además, siempre tenía palabras de ánimo para los estudiantes, sobre todo cuando sabía que tenían pruebas”.

Y esa actitud positiva del “Tío Luchito” no terminaba ahí. “También lo vi muchas veces esperando los resultados de los estudiantes cuando rendían sus exámenes de grado, para luego felicitarlos. En fin, siempre estaba preocupado del bienestar de los alumnos. Enviamos a la familia todo nuestro apoyo y sin duda nuestra comunidad universitaria está dolida por esta gran pérdida”, agregó el vicerrector del campus.

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