Reconocieron que se habrían “equivocado de casa” pero de todas maneras se llevaron un valioso botín
QUILLOTA.- Que una persona sea citada a declarar al Juzgado de Garantía, ya sea en condición de imputado o testigo, es algo totalmente común. Por lo mismo, resulta igual de cotidiano que aquel que acude a este centro judicial salga por la misma puerta que entró sin mayores problemas.
Sin embargo, en muy pocos casos se da que quien llega con una citación posterior a un delito, sin haber sido detenido en flagrancia, quede retenido bajo una medida cautelar de prisión. Así ocurrió la semana pasada, cuando Luis Lizama Vásquez, de 22 años, ingresó a la cárcel luego que se determinara su eventual participación en un delito ocurrido en octubre de 2018.
En aquella oportunidad, dos hombres a cara descubierta -uno de ellos el imputado- y un tercero encapuchado ingresaron en horas de la mañana hasta una vivienda de calle Lorca, donde se encontraba una adulto mayor y su nieta.
Según el relato de las víctimas, uno de los ladrones habría dicho: “nos dieron mal el dato”, al encontrarse con personas al interior del inmueble. “Podría inferirse que ingresaron a un domicilio equivocado, en busca de un botín mayor”, explicó el fiscal César Astudillo Ibaceta.
DE 10 A 15 AÑOS DE PRISIÓN
El persecutor agregó que si bien no utilizaron armas, intimidaron con violencia a sus víctimas para luego huir con un botín avaluado en 400 mil pesos, que incluyó celulares, joyas, billeteras, entre otros objetos. Cabe consignar que otro de los involucrados, identificado como Humberto Fernández Díaz de 36 años, fue detenido meses atrás por otros delitos, a lo que se le sumó esta causa.
Sobre Luis Lizama Vásquez, quien no tiene antecedentes como mayor de edad pero sí condenas por delitos similares cuando era adolescente, el fiscal César Astudillo explicó que fue reconocido por sus víctimas y, por ende, fue citado al tribunal. Fue allí cuando, una vez que se expusieron los hechos, se determinó su ingreso a prisión.
“El imputado fue formalizado por el delito de robo con intimidación y podrían sumarse dos agravantes: que hayan actuado más de dos personas y que la víctima sea de la tercera edad. Por ende, una eventual condena partiría en los 10 años y un día hasta los 15 años”, aclaró el persecutor.
Finalmente, el fiscal jefe del Ministerio Público en Quillota confirmó que todavía se está tras la pista del tercer involucrado, quien aún no es identificado ya que en todo momento mantuvo su rostro cubierto. Asimismo, aseveró que “podríamos estar frente a una banda que actuaba sistemáticamente en la comuna cometiendo este tipo de delitos”.
