Señora Ministra de Salud, por favor, deje que don Salvador Allende descanse en paz

Publicado el at 7:34 am
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Por Roberto Silva Bijit
Fundador diario “El Observador”

¿Cuál es el gusto de ir a molestar al Presidente Salvador Allende a su tumba? Por favor, señora Ministra de Salud, déjelo que descanse en paz.

Costó muchísimo para que pudiera descansar en paz y ahora usted quiere sacarlo nuevamente. Cuando se suicidó lo enterraron silenciosamente en una tumba encubierta en el cementerio de Viña del Mar. Y lo han vuelto a sacar en diversas oportunidades. Déjelo tranquilo de una vez por todas.

¿No le basta con todo lo que le dirán en la conmemoración de los 50 años del Golpe? Se preparan hasta libros para condenarlo, para descalificar su gobierno, para discutir sus decisiones, para encararle la ingobernabilidad en que dejó al país. En fin, no serán buenos días los que vienen para don Salvador, porque si bien es cierto que tendrá algunos homenajes, también tendrá muchas condenas y descalificaciones.

Es una mala idea ponerle el nombre de Allende al Hospital Biprovincial Quillota Petorca. Una muy mala idea. Peor todavía, decirnos que Allende tuvo que ver con la construcción del antiguo Hospital San Martín, en la década de los años 40. Allende tuvo poco que ver con Quillota.

Vamos por partes.

Allende fue elegido diputado para el período 1937 a 1941, pero no terminó su período porque renunció al cargo, para ser nombrado Ministro de Salubridad, Previsión y Asistencia Social en el gobierno de Pedro Aguirre Cerda. Asumió como ministro entre el 28 septiembre de 1939 al 7 de abril de 1942, salvo una interrupción de un par de meses a la muerte del Presidente Aguirre Cerda.

La comunidad de Quillota, encabezada por un destacado médico, el Dr. Alejandro Vásquez Armijo, sostuvo una larga campaña para dotar a la ciudad de un nuevo hospital. El día que se consiguen los fondos en el Congreso Nacional, el diputado Vasco Valdebenito le informa al Dr. Vásquez el gran logro, con ese histórico telegrama que decía: ”Comisión Hacienda aprobó construcción Hospital”, era el 3 septiembre de 1942. La gente de Quillota lo celebró porque una vez más las campañas de la comunidad habían alcanzado un excelente logro.

Sería el presidente Juan Antonio Ríos, en noviembre de 1942, el que provee los fondos para iniciar las obras. Mientras tanto, Salvador Allende fue elegido senador en el año 1945, siendo reelegido en los años 1953, 1961 y 1969, desempeñándose en el cargo por cerca de 30 años.

Revisada la documentación sobre su acción como diputado y senador en los archivos de la Biblioteca del Congreso Nacional, no encontramos ningún registro referido a intervenciones para obtener los fondos para la construcción del nuevo hospital quillotano.

Sin embargo, sí podemos destacar que fue autor del Plan de Salubridad Nacional, de la unificación de los Servicios de Salud, participó en la creación del colegio Médico y del partido Socialista, fue impulsor del Servicio de Seguro Social y del Servicio Nacional de Salud.

Pero con Quillota no encontramos registros que lo vinculen a la ciudad. Lo más que tenemos es una visita a Quillota después del terremoto de 1971, para declarar la Reconstrucción, en julio de ese año.

No vemos ninguna razón para que el nombre de Allende sea colocado en el frontis del nuevo hospital. La comunidad ha comenzado a recolectar firmas para oponerse. Creemos que el ministerio debe revisar su decisión, o al menos, hacerla democrática y llamar a la población a pronunciarse sobre cuáles son los nombres que quieren para el hospital. Lo que no puede hacer el ministerio de un gobierno democrático es actuar como si fuera un ministerio en dictadura.

 

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