Seremi mantiene cerrado fuente de soda calerana por temas de aforo de personas y no por asuntos de salud

Publicado el at 13/05/2021
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panaderia la central calera

Más de ochenta familias de la comuna sufren por falta de criterio en fiscalización

LA CALERA.- Desde 1973 que funciona la Fuente de Soda La Central de La Calera. Ha sido un lugar tradicional de la ciudad, con productos de calidad y un ambiente social que le gusta a los clientes. Sus pasteles y tortas son reconocidas. Incluso, sus pasteleros fueron considerados, hace sólo algunos años, los mejores de Chile.

Francisco Pla Perinetti, quien continúa con la tradición de mantener vigente la Fuente de Soda La Central que inaugurarán los Pla y los Bernardello, dice que “hasta esta pandemia, esta local nunca se había cerrado al público. Ni cuando fuimos a sepultar a los abuelos, se bajaron las cortinas”. Lo dice con cierta molestia, pues ahora el local está con las cortinas cerradas y sin la posibilidad de atender a sus clientes.

“El domingo pasado -añade Francisco Pla- después de vender las tortas que habíamos preparado para el `Día de la Mamá`, me obligaron a cerrar, pese a que había gente esperando los pedidos de tortas. Les pedí a los inspectores que me dejaran seguir por unas horas más, pero no me lo permitieron”.

“Desde octubre pasado -agrega- me han cursado cinco infracciones sanitarias. Y, no es porque la comida que entregamos acá esté en malas condiciones, lo que encontraría justo. Pero, en todos los casos son temas de aforo. Me permiten el ingreso de dos personas y, como si esperaran, que apenas entre una más, ya vienen con los partes”.

Francisco Pla se alarga comentando que “aquí ha faltado criterio y educación. Tanto de las personas que nos fiscalizan como de nosotros. En vez de perseguir a la gente que genera un trabajo formal, cumpliendo con todos los deberes. Me cerraron porque tenía cinco infracciones, por asuntos de aforo. Yo tengo 50 metros cuadrados para atender gente y me permiten dos personas adentro. Si uno mira la Notaría, que tiene un ingreso permitido de siete, yo me pregunto si es justo. Vean a mis vecinos del BancoEstado”.

“Yo tengo, tras de mí, ochenta familias que viven de este trabajo y a quienes no puedo abandonar a su suerte. Muchos de ellos trabajaron con mis abuelos y han tenido una lealtad muy grande. Hemos sobrevivido a dos cuarentenas y, esperábamos, que, ya pasado este confinamiento, íbamos a poder abrir. Me dicen que no, que falta esto y lo otro, que el tema dura un buen tiempo en resolverse”.

“He hablado -agrega- con algunas autoridades y con gente de la Seremi de Salud, pero no resuelven nada. Si he fallado en alguna cosa, díganme luego lo que tengo que hacer para pagar mi error o remediarlo. Pero, no puedo mantener cerrado un local limpio, de calidad, con productor reconocidos, que me aporta a mi familia y a otras 80 familias más. No es justo”.

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