Tras 70 años de trabajo la histórica vidriería “Lirquén” en Quillota cerró sus puertas

Publicado el at 5:56 pm
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Fue el primer negocio de su tipo en Quillota siendo toda una inn ovación en la comuna 

 QUILLOTA.- El local permanece cerrado desde hace varias semanas pero aún hay gente que llega hasta calle Prat sin saber que la histórica vidriería “Lirquén” no volverá a abrir sus puertas, en medio de un local en penumbras y con los restos de lo que fue la primera y más importante vidriería de Quillota. 

Con su cortina cerrada y anunciando la entrega de los trabajos pendientes por teléfono, los tres herederos de su fundador, Alfonso Morello, ordenan y recorren los ahora oscuros pasillos de lo que fue también su hogar durante toda su vida. Marianela, la única mujer de los tres Morello, cuenta que en los años 50 su padre llegó a Quillota proveniente desde Valparaíso, siempre con la idea de hacer negocios. 

La mujer de 67 años asegura que su padre se dio cuenta de que en Quillota no había vidriería y que, para encargar un vidrio, se debía cumplir con un tedioso proceso: éste se pedía en una mercería que se ubicaba en calle Merced y se debía esperar cerca de 15 días para que llegara. Por lo mismo, junto a su hermano César instaló su primer local en calle O’Higgins para luego cambiarse a calle Prat, donde permaneció casi 70 años. 

Según Marianela, a ella y a sus hermanos Aldo y Alfonso les tocó la parte fácil. “Nuestro papá armó todo, sacó adelante el negocio y era un hombre muy inteligente”, dice, agregando que pese a haber fallecido hace varios años ha tenido el reconocimiento que se merece, incluso estando presente en el Museo de Quillota. “Se puede leer en el museo que Alfonso Morello trajo la innovación de los vidrios a la ciudad”, dice orgullosa su hija. 

Pese a que el negocio continuaba siendo próspero, los tres hermanos Morello decidieron de mutuo acuerdo poner fin a la tradición familiar. “Fue muy difícil y nos duele, pero también estamos cansados”, señala Alfonso, el mayor de los tres hermanos y quien recuerda muy bien los años de gloria de la vidriería.   

“Acá venía mucha gente”, dice. Además, junto a su hermana, comentan que en el mismo recinto que hoy se cierra en calle Prat vivieron junto a sus padres y tuvieron momentos inolvidables.  

“Incluso me casé aquí”, recuerda Marianela, quien agrega que la vidriería se cerró en aquella oportunidad y sacaron todo para instalar lo necesario para la fiesta de matrimonio. Lamentablemente el cierre de este histórico recinto se suma a otros negocios que marcaron época en Quillota y que han debido cerrar con el paso de los años. 

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