“Cada día que pasa puede significar que Ámbar quede ciega y sorda”, dijo angustiada su tía
LA CALERA.- Una nueva decepción sufrió esta semana la angustiada familia de la pequeña Ámbar López, la pequeña de tan solo siete meses de vida que tiene síndrome de “Apert” una extraña enfermedad que provoca malformaciones en cara, manos y pies.
Desde hace un mes la niña espera una intervención quirúrgica que cada día que pasa se torna más urgente, ya que según explicó la madre, Paulina Díaz, la postergación puede provocar serios daños neurológicos para la niña. “En este momento ella tiene atrofiado el cerebro porque sus huesos del cráneo se cerraron y ahora tiene una opresión cerebral, que puede afectar neurológicamente cada vez más si esto se sigue demorando”, explicó.
En este contexto, la tía abuela de la pequeña María Díaz Gutiérrez, denunció que el martes pasado nuevamente se había postergado la operación de la niña. “Llamaron a la mamá el lunes para decirle que el martes se realizaría la operación, pero al día siguiente, luego 10 horas de ayuno y una serie de inyecciones todo quedó en nada”, contó la tía, quien además aclaró que el ayuno significa un peligro para la niña, quien se encuentra con un preocupante bajo peso. “Tiene una sonda que sólo le sirve para tomar leche y ella debería estar alimentándose con papillas”, detalló.
Por su parte, la madre de la niña entregó mayores detalles sobre esta triste jornada. “En la mañana la vio el pediatra, el neurocirujano y el anestesista, estaba todo listo y la operación se llevaría a cabo a las 8:30, pero no fue hasta pasadas las 10 cuando salió el médico a decirnos que parte de su equipo se encontraba en paro y que debíamos esperar una semana más y que tal vez nos llamarían”, dijo con pesar.
Por su parte la tía Adriana Díaz, señaló que el pésimo momento familiar se ve agudizado por una compleja situación económica. “Es imposible que la mamá trabaje con la niña en ese estado, ella tiene que cuidarla todo el día y toda la semana”, dijo preocupada, agregando además que la niña comienza a tener dificultades en su visión y audición, las que se pueden agudizar en caso de no someterla a la cirugía pronto, lo que incluso implica el riesgo de quedar ciega y sorda.
