Lucía Hiriart y el Golpe de Estado: la declaración perdida que rescató el libro sobre el “Once”

Publicado el at 17/12/2021
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Tras conocerse el fallecimiento de la viuda de Augusto Pinochet Ugarte, Lucía Hiriart de Pinochet, son varias las remembranzas que han aparecido sobre su influyente rol en las decisiones del periodo en que el país estuvo bajo el mando de la Junta Militar, además de las causas judiciales en las que se vio involucrada, tanto ella como la familia del general.

Sin embargo, hay episodios previos a la llegada de los militares y del propio Pinochet al poder, que reflejan muy bien la personalidad de la fallecida ex primera dama, donde muestra que no tuvo problemas con plantear a su esposo la idea de derrocar al ex Presidente Salvador Allende, incluso por encima de lo que él mismo pensaba (o decía que pensaba).

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Uno de esos diálogos es recogido por  el libro “Historia del 11 de Septiembre de 1973: Antecedentes históricos, los sucesos del Once y las consecuencias para Chile”, de Roberto Silva Bijit, Daniel Avendaño, Miguel Núñez y Claudio Espejo.

En la página 116, se hace referencia a una cita de Lucía Hiriart, donde da a entender que ella conversó con Pinochet sobre un escenario de derrocamiento, idea que ella misma deja en claro que no era compartida por quien -días después- decidiera encabezar públicamente el Golpe y quedar al mando de la Junta Militar.

Los autores del libro recuerdan que esa cita no fue fácil de encontrar. Estaba perdida, casi cayéndose, en una nota de El Mercurio de Santiago, como un subtítulo, como si quisiera pasar inadvertida o el diario no midiera el peso testimonial que tenían esas palabras.

De hecho, la nota completa no tiene más de 4 párrafos y se titulaba: “Merino Revela Antecedentes de Reuniones con Allende”, en el cuerpo C2 de El Mercurio del 11 de septiembre de 1994. Pero en los últimos párrafos, aparece la declaración de Lucía, como respuesta a una consulta hecha a la esposa del -en ese entonces- comandante en jefe del Ejército sobre las motivaciones del golpe.

 

“Llorarán las viudas y huérfanos, todo esto lo estás poniendo sobre mis hombros y mi conciencia“.

 

Lucía Hiriart señaló, sin mayor autocensura, lo que el general le contestó cuando ella le sugirió analizar un “pronunciamiento militar” para terminar con el gobierno de la Unidad Popular (UP), en medio de la presión de muchas esposas de oficiales del alto mando, que estaban exigiendo que los uniformados tomaran acción directa para sacar a Allende de La Moneda.

Astutamente -o dada la cercanía que en ese tiempo tenía su esposo con el vigente comandante en jefe del Ejército, Carlos Prats- ella no había asistido a la protesta que varias esposas de generales hicieron afuera de la casa de Prats, a quien se le acusaba de cobarde, por no derrocar al gobierno. Pese a esa ausencia y según sus propias palabras, claramente compartía la idea de sus pares.

Según Hiriart, Pinochet le respondió preocupado por las consecuencias que habría después, cuando se buscara a un responsable de una acción militar. Él le habría dicho: “Es muy fácil hablar de pronunciamiento militar o como quieras llamarlo, pero no olvides que los militares estamos entrenados para la guerra, que es muerte, sangre y dolor. Luego vienen los sentimientos encontrados que buscan responsables indirectos de algo tan impersonal como es actuar en un combate, en una acción bélica. Llorarán las viudas y huérfanos, todo esto lo estás poniendo sobre mis hombros y mi conciencia“.

En el libro “Historia del Once de Septiembre de 1973”, de Roberto Silva, Daniel Avendaño, Miguel Núñez y Claudio Espejo, se rescatan cientos de testimonios, algunos de los cuales muestran la influencia de Lucía Hiriart sobre Pinochet.

“LO ÚNICO QUE FALTA ES QUE CANONICEN A ALLENDE”

El mismo libro -que rescata cientos de citas de personajes que fueron parte de los sucesos del Once-, cuenta en la página 203 lo que Lucía Hiriart dijo el 29 de agosto de 2003 a la Revista “Caras”, en medio de la preparación de actos en honor a Allende, para los 30 años del Golpe de Estado.

Muchos de los gestos me parecen puro teatro, no tienen mayor importancia… pero al leer la prensa ves cosas tan inverosímiles, parciales y mal intencionadas, que piensas que lo único que falta es que canonicen a Allende“, declaró.

Era imposible que una investigación como la presentada en este libro dejara afuera las declaraciones de quien fue, sin mucho espacio para dudas, la consejera en las sombras de Pinochet.

 

 

 

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