Se trata de la segunda etapa de la conexión Los Aromos-Concón, que permitirán robustecer el suministro de agua potable a largo plazo
CONCÓN.- Hasta el sector de Colmo llegaron la mañana de este lunes el ministro de Obras Públicas, Alfredo Moreno, junto al seremi de Obras Públicas, Raúl Führer, y el gerente general de Esval, José Luis Murillo, para dar inicio oficial a las obras de la segunda fase del proyecto Los Aromos, trabajos que se materializan gracias a un convenio entre la cartera y la sanitaria.
La primera fase del proyecto de Esval comenzó en febrero de 2018 y consideró una inversión de $6 mil millones para la instalación de una tubería de 4 kilómetros, que conecta la planta de agua potable de Concón con el sector de Colmo. En esta segunda fase, se extenderá por otros 8 kilómetros esta tubería, para conectar directamente con el embalse. Esta etapa contempla una inversión de $12 mil millones y permitirá reducir las pérdidas en el sector del estero Limache.
En el lugar, el ministro Moreno señaló que “esta temporada registramos la sequía más grande de los últimos 100 años, y en esta región han estado las peores consecuencias. Estamos trabajando para la emergencia y para el mediano y largo plazo, porque el cambio climático llegó para quedarse. El objetivo es poder tener los mayores volúmenes posibles en el embalse Los Aromos para la próxima temporada y apoyar de esa manera el consumo del Gran Valparaíso y el Litoral Norte”.
Por su parte, José Luis Murillo, gerente general de Esval, agregó que “este proyecto representa una de las inversiones sanitarias más grandes ejecutadas en la región y un importante desafío de ingeniería, pues será reversible: transportando agua tanto del embalse a la planta, como desde ahí al embalse. Esta segunda fase da continuidad a las obras que hemos concretado y que nos han permitido que, a pesar de la extrema sequía, a ningún hogar le falte agua”.
Más de 300 trabajadores participarán de las faenas, que se extenderán hasta fin de año. Para su desarrollo en el contexto de pandemia, se han desplegado protocolos especiales, que consideran uso de mascarillas y guantes, distanciamiento social y control de temperatura, entre otros.
En los últimos cinco años, Esval ha invertido más de $300.000 millones en la optimización de infraestructura. De ellos, $50.000 millones son inversiones directas para reforzar los sistemas con nuevas fuentes, pero también para contar una red más flexible, que permite administrar de mejor forma el agua y mantener la continuidad del suministro.
